Redacción El Observador
Nicaragua Investiga para El Observador
El Ministerio de Salud (Minsa) ha excluido tres casos positivos de coronavirus de su registro; el primer caso descartado fue la muerte del paciente número 2, el segundo y tercero se trata de contagiados que aparentemente superaron la enfermedad y fueron dados de alta la semana pasada.
La prestigiosa universidad John Hopkins, en su mapa de rastreo del COVID-19, mantiene los informes actualizados de todos los países del mundo, donde se registran contagios y en Nicaragua detallan seis casos positivos. De esos una muerte, cinco activos y cero recuperados.
El epidemiólogo Leonel Argüello considera que la forma en la que se están presentando los informes es confusa y se presta a la incomprensión. “Una vez que se confirman los casos ya quedan oficialmente registrados; no podemos ir atrás”, dijo el especialista, quien agregó que “existen casos sospechosos (fiebre, tos y dificultad respiratoria), casos confirmados (por laboratorio), fallecidos y recuperados”.
Las autoridades categorizan de esa manera los casos en los informes del SICA porque el formato de esta entidad así lo exige; sin embargo, durante las conferencias de prensa oficiales las estadísticas cambian.
Nicaragua Investiga hizo un monitoreo exhaustivo de los reportes ofrecidos por el Ministerio de Salud desde que se informó del primer caso.
Hasta la tarde del domingo 5 de abril, el Minsa ha ofrecido 17 informes. El primer fue el 19 de marzo, un día después de que Rosario Murillo anunciara oficialmente el primer caso identificado y duró 15 minutos con 36 segundos.
En su intervención ella y los funcionarios de Salud presentes no dieron detalles de valor sobre los casos, pero al menos informaron sobre medidas de prevención.
Con el tiempo las conferencia fueron haciéndose más cortas hasta que finalmente el día 24 de marzo el funcionario Carlos Sáenz tomó por completo la responsabilidad de leer los informes y su intervención se limitó a entre dos y tres minutos, siempre leyendo una nota de prensa de tres párrafos cortos con la misma redacción de los anteriores reportes, solo cambiaban pequeños detalles relacionados con los pacientes.
Argüello comentó que los datos realmente útiles en situaciones de enfermedades infecciosas son “los casos sospechosos, los resultados de los exámenes, los datos de edad, sexo, municipio de residencia, sobre cómo los pacientes adquirieron la infección y su evolución”.
El médico considera importante que a nivel oficial se abra un canal confiable “para asegurar que la información correcta fluya a la gente, desmentir los mitos y las noticias, orientar sobre los que se tiene que hacer en los diferentes sectores y preparar protocolos o forman de prevención del contagio en los diferentes ambientes”.
Datos que no cuadran
Explica que estos datos permitirán a la gente identificar si ellos mismos estuvieron expuestos en una cadena de contagio y facilitar su aislamiento o análisis clínico. Además insiste en que la pobreza de detalles no permite dimensiones en en alcance real de la pandemia en el país.
Pero el funcionario que lee los reportes solo se limita a decir que “mantenemos los mismos tres casos positivos”, a pesar de que tendrían que informar que son seis y que solo tres de ellos están activos.
Ayer, Minsa informó de un nuevo caso diagnosticado pero el conteo oficial permaneció en tres, porque la entidad asegura que dio de alta a una señora de 52 años que “vino de Estados Unidos y que fue reportada por las autoridades estatales el pasado 27 de marzo”.
Del nuevo caso solo se dijo que se trata de un “ciudadano varón de 33 años que se encuentra delicado pero estable. Se trata de otro caso importado”.
Además, desde el pasado 25 de marzo y hasta ahora la cifra de personas “en seguimiento cuidadoso y responsable” (como llama Rosario Murillo a los sospechosos) era de 12, a pesar de haber reportado nuevos positivos, lo que implicaría aumentar el número de sospechosos debido a los contactos de estos nuevos pacientes.
Pero extrañamente el lunes se reportó un caso más y la cifra de “personas en seguimiento” bajó a 10. Y de este nuevo caso no se ha dicho nada más.
Incongruencias desde sus aliados
El pasado 3 de abril, Gustavo Porras, presidente de la Asamblea Nacional, confesó que más de 16.000 personas entraron a Nicaragua provenientes de países con contagios activos del coronavirus, pero no se sabe nada de ellos.
No se sabe nada de esta gente, ni tan siquiera si se le ha dado seguimiento para descartar que haya nuevos casos. Pero para las autoridades solo hay 10 sospechosos, mientras el Gobierno invita a su gente a salir a las playas y los lugares turísticos, y mantiene abiertas fronteras y torneos deportivos.
Sumado a lo anterior Cuba reportó dos casos positivos de coronavirus que arribaron contagiados desde Nicaragua, personas que no figuran en los conteos oficiales del Gobierno de Ortega.
Cuba ofrece estadísticas detalladas sobre los casos detectados en su territorio y asegura hacer un seguimiento exhaustivo de cada una para dar con el origen del contagio.
Pero resulta que la nueva ministra de Salud de Nicaragua aseguró en una entrevista en canal 10 que la isla caribeña “debería revisar sus datos”, porque no hay forma que Nicaragua pueda estar equivocada sobre su conteo, pues asegura que su personal fue capacitado en México y cuenta con tecnología de última generación en el Laboratorio Nacional.
