Tomás Gómez
Si lo sabe aprovechar, Costa Rica está ante una ola de oportunidades económicas inédita, como resultado del nuevo mapa político que se está configurando en América Latina.
Eso sí, hay antecedentes y expectativas políticas que deben llamar su atención para la toma de decisiones de acá en adelante.
Ese es el diagnóstico que hacen expertos de diversas áreas sobre cómo queda el país ante la nueva realidad política de la región.
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Para entrar en contexto, hay que recordar que desde las elecciones de México en 2018 la región comenzó a virar hacia la izquierda. La mayoría de procesos electorales desde entonces se los han llevado movimientos socialistas o progresistas, siendo el más reciente el triunfo de Lula da Silva en Brasil.
En el intermedio también se sumaron Honduras, Perú, Colombia y Chile. En otros países como Bolivia, Venezuela y Nicaragua, las elecciones -que no siempre han estado libres de polémica- reafirmaron también a gobiernos de este tipo.
‘Nearshoring’ y necesidad de ajustes
Uno de los elementos que ha caracterizado a los nuevos gobiernos ha sido un tono -y varias propuestas- que generan preocupación en la inversión extranjera.
Con ello se abren las puertas para una salida de capital e inversionistas que Costa Rica podría captar.
“Una izquierda que parece ser menos pragmática y más ideológica, más doctrinaria que las izquierdas que gobernaron en algún momento Chile y Uruguay por ejemplo. Si vemos una izquierda que espanta capital, esa es la reacción que hemos visto en Chile, en Perú; en México, en Colombia e incluso ahora en Brasil donde los mercados cayeron al día siguiente de la elección”, expuso el analista Juan Carlos Hidalgo.
Con él coincide el analista Daniel Suchar, que destaca la búsqueda que empiezan a realizar los negocios sobre nuevos destinos.
“Cuando empiezan a haber ideologías que están muy alejadas hacia la inversión privada, hacia la empresa privada empieza la fuga de capitales; es la primera fuga que se da previo a la fuga de personas o la fuga de cerebros”, mencionó.
A manera de ejemplo concreto, Hidalgo resaltó una reforma fiscal que mueve el gobierno de Gustavo Petro en Colombia; que ya recibió su aprobación en primer debate. Esta tiene elementos que afectarían a las zonas francas, lo que aceleraría el perfil de salida.
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A ese cóctel interno se suman también otros conflictos con tono de oportunidad para Costa Rica. El más llamativo según los expertos es el constante choque entre China y Estados Unidos. Este ha provocado la migración de inversiones hacia localidades más cercanas a Norteamérica, que aunque sean más caras, garantizan servicios de calidad y seguridad.
A este fenómeno, conocido como “nearshoring”, ya los analistas le han puesto el ojo a nivel nacional.
¿Cómo aprovecharlo?
Mientras el contexto a nivel internacional se ve favorecedor, a lo interno sí se insiste en la necesidad de hacer reformas que garanticen las oportunidades.
El menú incluye:
- Bajar cargas sociales y nuevo esquema de jornadas (4/3)
- Mejoras en infraestructura y telecomunicaciones
- Revisión de impuestos empresariales
- Reforma educativa
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“Claramente Costa Rica la tiene en este momento picando frente al marco, porque estas son las tendencias de inversión que apenas están empezando a consolidarse y que van a ser lo que determine los flujos de inversión por los próximos 15 años”, alegó Hidalgo.
Suchar, por su parte, recalcó además que varios de estos países tienen recursos naturales que sostienen empresas e inciativas estatales, por lo que siempre suelen arrancar con planes asistencialistas que luego hay que ver como avanzan en el tiempo y qué impactos traen.
Son muchas izquierdas y cada una tiene lo suyo
En la acera de la política también las voces mencionan de que se ocupa tiempo y ver cómo avanzan las cosas.
Hasta ahora, hay contactos generales que el país mantiene con otros vecinos en áreas de cooperación, seguridad, ambiente y combate al narcotráfico que está por definirse cómo avanzarán.
A su vez, también está por verse el rol que asumiría el nuevo bloque en organismos internacionales de los cuales se es parte.
Aunque a nivel de redes sociales han circulado varios mapas donde se pinta de rojo el mapa regional. El factor particular es que ese color tiene varios matices.
“Cuando uno habla de izquierda hay muchas variaciones en lo que se comprende cómo izquierda”, adelanta Carlos Cascante, especialista en Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional (UNA).
“Hay izquierdas que tienen una posición muy conservadora en torno a los derechos de minorías, es el caso por ejemplo de México y de Perú. Hay otras en cambio con visiones muy amplias en ese aspecto cómo son la izquierda chilena y colombiana”, agregó.
Con ello, se abre la interrogante de cómo se actuará a nivel de bloque ante diversas problemáticas, sobre todo las crisis políticas nicaragüenses y venezolanas.
“Hay un giro al haber más partidos de izquierda, ese intento de presionar a los gobiernos autoritarios de Nicaragua y Venezuela para abandonar el poder a partir de una presión diplomática muy agresiva creo que ya no da”, señaló Cascante.
Cuestión de tiempo
Con las apreciaciones de Cascante coincide el diplomático Javier Sancho.
"Esperemos a ver cómo se va a comportar este Brasil ahora en los organismos internacionales, en la OEA por ejemplo, cuáles serán sus posiciones frente a gobiernos dictatoriales cómo el de Nicaragua", afirmó.
De por medio están también otras iniciativas de integración de países como Unasur y Celac que habían surgido en la anterior ola de gobiernos izquierdistas y que llegaron a sumar gran cantidad de países (incluso Costa Rica presidió la Celac).
Las preguntas quedan abiertas a la espera de conocer cómo avanzarán las estrategias.
"Solo el tiempo nos podrá decir si con esto se llega a una mejora de las condiciones que viven los habitantes de Nicaragua y Venezuela. A mi me parece que lo tradicional ha sido que estos gobiernos autoritarios aprovechan estas negociaciones para darse más tiempo, pero dependerá también de que tan organizadas las oposiciones internas para aprovechar los espacios de negociación que se puedan abrir.
