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Pilar Cisneros defiende su posición en contra de tratos especiales para las mujeres: “eso es sentirse menos que los demás y así no debe ser”

Legisladora explica su posición que generó polémica en la sesión legislativa del jueves.

Por Hermes Solano

Tiempo de Lectura: 3 minutos
Pilar Cisneros defiende su posición en contra de tratos especiales para las mujeres: “eso es sentirse menos que los demás y así no debe ser”
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El discurso de la diputada Pilar Cisneros, este jueves en San Carlos, generó algún tipo de molestia y polémica, incluso en la misma sesión legislativa, por parte de la diputada Daniela Rojas del PUSC.

“Nunca he compartido, ni voy a compartir la posición de muchas mujeres que exigen ventajas especiales, que imponen cuotas para escalar peldaños”, fueron parte de las palabras de la oficialista.

“Las mujeres no necesitamos muletas, ni protección para seguir derribando barreras”, agregó.

El mensaje lo dio durante la sesión de la Asamblea Legislativa en la Zona Norte, donde los diputados conmemoraron el primer voto femenino. Además, las fracciones aprovecharon para conmemorar el 8 de marzo (hoy), el Día Internacional de la Mujer.

El Observador conversó con Cisneros este viernes sobre su posición. La legisladora cree que las mujeres no necesitan leyes o programas especiales para poder destacar en el ámbito profesional o político.

La legisladora fue enfática en que nunca va a estar de acuerdo en las peticiones especiales, porque eso significa que están aceptando que son inferiores a los hombres.

“Desde el momento en que usted pide condiciones especiales; deme una cuota, pónganme un peldaño para subirme, está reconociendo que hay una situación de desigualdad, de inferioridad y nunca voy a aceptar eso”, respondió en primera instancia.

“Si se exige un trato especial es porque siente que es menos que los demás y no debe ser así”, añadió, para agregar que “nunca me he sentido ni más, ni menos que un hombre”.

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Puso ejemplos

Cisneros es miembro de la Comisión de Nombramientos de la Asamblea Legislativa, que en los últimos meses discutió sobre la elección de varios magistrados de la Corte Suprema de Justicia.

En una oportunidad se opuso a colocar a una mujer en la terna final de recomendación “solo por ser mujer”, dijo.

Ahora, trajo a colación ese ejemplo, recordando que en el análisis del concurso para elegir a un magistrado de la Sala Tercera, cinco hombres tuvieron las mejores calificaciones y una mujer apareció en el sexto lugar.

Por mayoría, los diputados de la comisión decidieron “subir” a la aspirante a la terna, para buscar la paridad de género.

“Como es posible que para un magistrado de la Sala Tercera, penal, hay que meter a una mujer que tiene una peor calificación que cinco hombres”, recordó.

“Hacer eso es reconocer que somos inferiores y nunca lo voy a reconocer”, siguió en su explicación para defender su posición y sus palabras.

“Entramos tarde en la lucha, pero hoy hay más mujeres en las principales universidades del mundo que hombres”, finalizó.

(Asamblea Legislativa)

Respuesta desde el PUSC

La diputada Daniela Rojas enfatizó que sin esas cuotas que han existido en el pasado, y sin la lucha de las mujeres, muchas de las barreras por género no se hubieran derribado para la sociedad actual.

“Sin esas cuotas, hoy no estaríamos aquí. Sin esas cuotas promovidas por este partido político las mujeres no tendríamos una participación real. Ese fue el inicio radical del cambio de la participación política de la mujer”, expresó la congresista.

Rojas recordó que fue en la localidad de La Tigra en San Carlos donde se dio el primer voto femenino hace más de 7 décadas y desde ese momento se rompieron paradigmas, aunque reconoce que falta camino aún.

“Es cierto que se han abierto muchos espacios para valer nuestros derechos, pero falta mucho camino y las luchas deben continuar,” agregó la socialcristiana.

“Abeja reina”

Existe un fenómeno en el mundo llamado “Síndrome de abeja reina”, por el cual, las mujeres que ocupan altos cargos dentro de las organizaciones, siendo mujeres tradicionales, opuestas a los movimientos feministas, atribuyen su éxito profesional a méritos propios y no al “sistema”.

Según los estudios realizados por diferentes universidades en el mundo, estas mujeres prefieren trabajar o rodearse de hombres e, incluso, al tener puestos de poder, promueven a más hombres que a mujeres en cargos altos dentro de la empresa u organización.