Paula Ruiz
El presidente del Congreso, Rodrigo Arias, pidió a los diputados tener respeto durante el uso de la palabra, luego de la bochornosa sesión de Plenario ocurrida este jueves.
Arias también pidió a los congresistas mantener la convivencia requerida en el Primer Poder de la República y recordó las problemáticas que enfrenta el país como para utilizar el espacio en actos de esta índole.
“Con niveles de desempleo, pobreza que tenemos que atacar, con una inflación mundial que nos ha afectado y una inflación interna que está afectando los salarios de todos los costarricenses, tenemos que actuar acorde a los tiempos que estamos viviendo, y muy seriamente en las cosas que hagamos”, apuntó Arias.
“Los insto a hacer uso de la palabra de una manera respetuosa, eso es lo que se merece el pueblo costarricense de nosotros”, agregó.
El jueves, el jerarca del Congreso se vio obligado a poner orden a la sesión que llegó a fuertes reclamos y hasta la salida de una diputada hacia un centro médico.
¿Qué pasó?
Aunque todo parecía que transcurriría con normalidad, unas mociones para sacar de la agenda el resello al veto para excluir al 9-1-1 de la regla fiscal alteraron la tranquilidad que existía en el recinto.
La oficialista Pilar Cisneros reclamó a la oposición por la “falta de palabra” al buscar la manera de sacar la iniciativa puesto que en horas de la mañana, acordaron resolver este tema en la tarde.
En contraposición, los diputados de oposición defendieron que el reglamento legislativo les permite realizar acciones vía moción para sacar de la agenda un proyecto de ley con tal de salvarlo.
Todo pasó por una contabilización de votos, ya que para el resello se requieren 38 como mínimo y habían 37 diputados a favor de ese accionar al momento de la votación. Razón por la cual, el bloque a favor del resello, buscó la manera de frenar esta votación a la espera de un momento donde sí cuenten con una mayoría.
El resello implicaría que la iniciativa se convierta en Ley de la República, pese al veto presidencial de Rodrigo Chaves.
Eso sí, los diputados se defendieron de señalamientos de Cisneros por catalogar como antidemocrático un acuerdo de cinco fracciones legislativas que a su vez, calificó como “truculencia”.
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La liberal Kattia Cambronero, externó su preocupación por lo que resta del periodo legislativo por acciones de este tipo cuando llegue el momento de discutir proyectos de ley que implican divisiones desde la índole ideológica.
“La democracia se basa en el respeto hacia los demás, en la construcción de acuerdos en llegar a posiciones donde la mayoría estemos de acuerdo y no es de recibo que hablemos al resto de diputaciones de una forma despectiva”, destacó Cambronero.
El fin de Cisneros pasa porque quiere que el Congreso se centre en el proyecto de ley 23.330 liderado por el Gobierno donde busca la exclusión de un grupo de instituciones.
No obstante, Eli Feinzaig, jefe de fracción del Liberal Progresista, recordó que esta semana, el Fondo Monetario Internacional (FMI) pidió un freno a esa iniciativa para darle una asesoría durante octubre y noviembre.
De esta manera, el 9-1-1 se quedaría sin los recursos hasta que se resuelva esa iniciativa, destacó Feinzaig.
Fuera del Plenario
El punto álgido sucedió cuando la diputada oficialista María Marta Padilla dejó el Plenario hacia enfermería y luego, en apariencia, a un centro médico.
Diputados de oposición, señalaron que esto se debió por los gritos que recibió Padilla principalmente por parte de Cisneros, pues ella votó en contra de como lo hizo su bancada.
“Vimos una escena muy fea, muy dolorosa, donde hay una diputada que tuvo que abandonar el Plenario por una falta de respeto de ella (Cisneros). Eso nos duele”, afirmó Rocío Alfaro, diputada del Frente Amplio.
“Yo oí que pegaban gritos (…) hay personas alrededor que dicen que le faltaron la atención y le llamaron la atención”, continuó.
Alfaro también destacó Cisneros habría tomado del brazo de manera insistente a su compañero Acuña, siendo esto, una acción poco usual en el Congreso.
Vargas expuso que otras compañeras le comentaron que el voto de Padilla fue a favor de excluir el 9-1-1 porque en dos ocasiones, habían necesitado la atención por parte del sistema de emergencias para su esposo.
“Y que ella agradecía porque le habían salvado la vida, que ella tenía ese compromiso, pero a la hora de la discusión, en su propia fracción, no conozco el detalle, pero fue evidente, ella salió alterada. Tengo entendido que se dirigió a un centro médico”, amplió Vargas.
Pese a esto, Cisneros y su bancada, defendieron que Padilla salió de Plenario porque
recordó los momentos en que su esposo requirió la atención por parte del servicio de emergencias.
“Es un tema sensible, acaba de sufrir varias muertes y parte de eso, tiene que ver con que hizo uso del 9-1-1, recordar le afectó. Es una situación que le recordó eso en ese momento”, dijo.
Posteriormente, Cisneros desmintió que ella haya dirigido gritos hacia su compañera de bancada y señaló a los medios por “presentar una historia que nunca existió”.
“No me puedo referir sobre la existencia de un problema entre la diputada María Martha Padilla y yo; no hubo ningún inconveniente que cuando la diputada Padilla sale, yo tenía cerca de 30 minutos de estar en reunión con los otros jefes de fracción y el presidente del Congreso, Rodrigo Arias”, indicó la oficialista.
Al final, los diputados acordaron realizar un debate reglado sobre la exclusión del 9-1-1 de la regla fiscal y culminó la sesión sin ninguna votación.
