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Que no se pierda el “¡upeeeeee, señora!”

Tannia Moya para El Observador Hace algunos años Unimer Centroamérica realizó un estudio sobre lo que significaba ser tico. Uno…

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Que no se pierda el “¡upeeeeee, señora!”
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Tannia Moya para El Observador

Hace algunos años Unimer Centroamérica realizó un estudio sobre lo que significaba ser tico. Uno de los aspectos más mencionados fue: “es tico si dice ¡upeeeeee! al tocar una puerta o el portón”.

Es una forma de llamar que personalmente me encanta y que, sin duda, nos caracteriza. Pero que, lamentablemente, se esté perdiendo. Esto al menos en las generaciones jóvenes que conozco, hijos de amigos e incluso sobrinos ya no la usan.

¿Qué dicen ustedes: vale la pena rescatarla?

Por lo que he investigado hay varias versiones que tratan de explicar de dónde viene esta tradición. Voy a mencionar solamente dos.

Posibles explicaciones

Algunos, como el educador y filósofo Constantino Láscaris, afirmaba que tiene que ver con una tradición que existía en Nicoya.

Esta consistía en pasar la imagen de la Virgen de casa en casa para recolectar fondos, así que decían algo así como “aquí está la señora de Guadalupe o bien una ayudita para  la Virgen de Guadalupe” avisando que estaban frente a la  puerta.

Pero que, poco a poco y  on el paso del tiempo, fue quedando solamente el “upeeeee” como el aviso. Y posteriormente se convirtió en un llamado y la tradición se generalizó en el país.

Por su parte, el folklorista Dionisio Cabal decía que esa teoría era falsa y afirmaba en un artículo que escribió lo siguiente: “El ¡upe! es una de las tantísimas voces procedentes de la lengua huetar que usamos a diario.

“Su raíz etimológica se comparte con otras lenguas de origen chibcha, como el bribri, el cabécar y el maleku, con el significado equivalente en español a la expresión “casa o rancho”.

“De tal manera “¡upe!” no es otra cosa que “¡casa!” y como forma exclamativa equivale al “¡ah de las casa!” que los españoles usaban para hacerse notar de los dueños”.

“¡Acharita!”

Como es costumbre realicé una consulta en redes sociales y efectivamente mucha gente desconoce de dónde viene la palabra. Pero coincide en que se está perdiendo, a pesar de que nos identifica. Como decimos los ticos ¡acharita!.

Las tradiciones son valores que trasladamos de generación en generación, que llegan a formar nuestra identidad y al final forman nuestra cultura.

Los invito a vivirlas y sobre todo a cultivarlas en sus hijos, nietos y familiares.

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