Sergio Arce
Se llamaba Francisco Andrés Martínez Romero. Pero en las primeras noticias sobre las violentas protestas desatadas por su muerte al sur de Chile, muchos de los principales medios solamente lo identifican como el malabarista que fue abatido en plena calle por un carabinero.
En algunos casos complementan la descripción con los adjetivos “joven” o “callejero”. Pero no dan su nombre ni mayores detalles sobre su vida. Solo se concentraban en un primer momento en tratar de describir las circunstancias de su muerte y la violenta reacción a ésta.
Según las autoridades, el fallecido se resistió a un control de identidad por parte de dos agentes policiales. Se indica, además, que uno de ellos se vio obligado a disparar en “legítima defensa propia” después de que el interpelado intentara agredirlos con “armas blancas”.
Esto en referencia los machetes que el joven que empleaba en su espectáculo y que según algunas versiones eran de juguete.
Diferentes videos del incidente se difundieron rápidamente por las redes sociales, atizando la protesta. Y fue también en redes sociales donde empezaron a conocerse más datos sobre el trágico protagonista del incidente.
Un hombre con doble nacionalidad
“Él dijo que se llamaba Franco, que hace tres años trabajaba aquí en Panguipulli, y que no tenía carnet. Dijo que tenía doble nacionalidad (aparentemente chileno y argentino)”, relató en un audio que circuló por WhatsApp Naty Peralta, una técnica en enfermería que presenció la discusión y trató de reanimar a Martínez luego de los disparos.
Y Franco, Francisco Andrés y Pancho -como también era conocida la víctima- rápidamente se volvieron tendencia en Twitter en Chile, junto a Panguipulli y al menos una expresión impublicable en contra de Carabineros.
Según una publicación de la “Asamblea de Artistas autoconvocadxs de Concepción”, a Martínez también le decían “El Tíbet” y tenía 24 años.
“Era artista callejero circense, malabarista. Trabajaba hace 5 años en el semáforo en Panguipulli. Sabía que no había permiso pero necesitaba trabajar para llevarse algo a la boca, lo hizo a conciencia, reivindicando sus derechos”, se lee en la misma.
En las protestas por la muerte de Martínez fue incendiado el ayuntamiento de Panguipulli. AFP
En otras publicaciones en la red a Martínez también se lo describe como artesano.
Y según el alcalde de Panguipulli, Rodrgo Valdivia, el malabarista hacía parte de un grupo de mochileros que trataba de ganarse la vida en las calles de la localidad.
“Era una persona que vivía en la calle. No es (era) de Panguipulli. Nosotros lo tuvimos en un programa de acogida y de comedores solidarios. También le dimos alojamiento solidario durante un par de meses”, contó Valdivia.
“Era un cabro joven, él no era irrespetuoso, era bastante respetuoso, una persona pacífica que siempre andaba con un par de perros. Ese es el perfil que yo conozco”, agregó el alcalde.
