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@Popcorn506 para El Observador
En las últimas semanas, ha habido una serie que se ha ido haciendo un hueco en Prime Video: Reacher.
Un hueco cada vez más grande, casi como su protagonista, que es enorme. Eso es lo primero que, indiscutiblemente, todos vamos a pensar al verla.
Al ver ese nombre como título de la serie, la mayoría nos hemos trasladado a la imagen que tenemos del anterior actor que encarnó a este personaje, Tom Cruise. Y la verdad es que no tiene nada que ver con Alan Ritchson.
Una sensación positiva
Suponemos que la impresión que nos ha dejado este actor ha sido tan grande que todavía no hemos dicho que, además, ha sido una primera impresión positiva.
Y esto es lo que ha ayudado a que hayamos disfrutado de la serie sin ningún complejo. Esto sabiendo y esperando lo que nos va a dar, que es una trama interesante, con puntos de buena emoción, intriga y, sobre todo, peleas intensas muy bien orquestadas.
Vamos por partes
Reacher es un antiguo policía militar que aparece en un pueblo perdido a poco de cometerse un asesinato.
Con los tópicos habituales, se nos van presentando el resto de personajes a su alrededor, que, sin ser el colmo de la originalidad, funcionan bien como complemento y equilibrio del personaje principal y con las consiguientes tramas y subtramas.
Y, como es de prever, los ocho capítulos de la serie se dedican a ir avanzando y descifrando quiénes son los que están detrás de las historias que hay que resolver.
Todo esto con la ayuda de las capacidades físicas de Reacher y, no lo olvidemos, de su tremenda capacidad analítica.
Este rasgo, sin duda, es de lo más gratificante que podemos ver en los diálogos, y recuerda en parte a algunas de las más míticas escenas de Sherlock Holmes.
¿Algo parecido a un super héroe?
Con un par de vistazos y observaciones breves, es capaz de concluir una cantidad enorme de datos con los que avanzar en sus suposiciones.
Esto lo convierte en algo parecido a un super héroe, aunque en términos mucho más realistas. Y es que, a sus enormes facultades físicas, añade un intelecto superior, lo cual lo pone en sincera ventaja con respecto a muchos de los que conviven a su alrededor.
Lo curioso, además de lo bien que funciona el personaje principal encarnado por Ritchson, es lo adictiva que se vuelve la serie.
Para sorpresa y disfrute propio, hemos devorado toda la temporada en menos de lo que canta un gallo. Y esto se debe, principalmente, a que resulta tremendamente eficaz.
De nuevo, sin ninguna pretensión ni ningún artificio, lo que tenemos delante es una historia directa, honesta y eficaz. La clave está en lo bien que marca los ritmos y las pausas, sabiendo llevarlo todo a buen término en el momento preciso, y sin picos ni valles exagerados.
Poco a poco, nos va metiendo en su universo, un universo cada vez más oscuro y complicado, que se refleja en el aspecto visual, llevándonos a escenarios cerrados y oscuros, en los que solo la luz artificial puede ser capaz de iluminar la victoria del bien. Y tal cual, literalmente, es como sucede.
No vamos a descartar en absoluto que esta sea la típica serie que se convierte poco a poco en objeto de disfrute y admiración, ya que sus comienzos en general han sido bastante discretos.
No es de extrañar, porque ni ha gozado de un refuerzo publicitario consistente ni tampoco de un respaldo en las redes como otras series. Pero, lo dicho, seguramente su nombre vaya creciendo y su prestigio, a la vez, haciendo que más gente se aficione a sus virtudes y podamos disfrutar de más temporadas y aventuras próximamente.
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