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Regreso a clases tras pandemia desenmascara problemas de violencia entre estudiantes

Las manifestaciones de agresión y violencia entre estudiantes, como las ocurridas recientemente en los colegios Vicente Lachner, en Cartago y…

Por Krissia Morris Gray

Tiempo de Lectura: 3 minutos
Regreso a clases tras pandemia desenmascara problemas de violencia entre estudiantes
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Las manifestaciones de agresión y violencia entre estudiantes, como las ocurridas recientemente en los colegios Vicente Lachner, en Cartago y el Instituto de Alajuela, reflejan una serie de problemas que se comenzaron a gestar desde años atrás y ahora evolucionarían hacia actos delictivos.

Así opinó Rocío Solís, experta en materia de niñez y adolescencia. Para ella, estas situaciones “se veían venir” desde hace mucho tiempo y así lo advirtió a las autoridades nacionales.

Solís fue directora de la Contraloría de los Derechos Estudiantiles del Ministerio de Educación Pública (MEP) del 2003 hasta el 2021, así como viceministra Administrativa de ese ministerio, entre el 2014 y 2015.

Según el criterio de la experta, el MEP debería revisar los planes de convivencia elaborados y aumentar la coordinación con instituciones como la Fiscalía Penal Juvenil, la Fuerza Pública e incluso el Patronato Nacional de la Infancia (PANI) para buscar y ejecutar soluciones.

Solís resaltó que muchos de los actos presenciados en instituciones educativas pueden ser considerados “delictivos”.

“La pandemia vino a desnudar una situación tremenda de salud mental y de situaciones psicosociales que tiene nuestra niñez, adolescencia, familias y el país, en general.

“La pandemia no vino a crear esto, vino a poner en evidencia una situación que no se ha venido trabajando desde hace muchos años atrás”, reafirmó.

Advertencias desoídas

Recordó que cuando estaba en el MEP se enfocó que trabajar aspectos relacionados a la parte socioemocional de los estudiantes, la seguridad  dentro de los centros educativos para toda la comunidad educativa y otros.

“A los ministros de turno no le gustan estos temas porque consideran que esto (violencia) no se da dentro del sistema educativo. ¿Por qué ocultarlo si hace años se sabía y se denunciaba? Pero no quisieron verlo y atacarlo a tiempo”, reclamó.

En este sentido, Solís dijo que las autoridades educativas en coordinación con otras instancias deben actuar de inmediato. “Debieron haberlo hace siete años atrás, cuando se comenzaron a ver las primeras muestras de violencia”, dijo Solís.

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Sostuvo que las manifestaciones de violencia entre estudiantes “se le está saliendo de las manos al MEP” esto debido a que no se tratan de actos que puedan ser contenidos por los docentes.

“Lo advertí muchas veces y no me quisieron hacer caso, sino que lo hicieron fue relegarme”, afirmó, al tiempo que puntualizó que el tema de Salud Mental en los estudiantes no se le da la importancia requerida.

Además, sumó que lo padres de familia deben tener un papel más protagónico en la vida de sus hijos “pues los han dejado a la deriva y que otros se los eduquen y no les ponen límites”.

Emergencia estudiantil

Solís alertó que se deben adoptar acciones porque los estudiantes, en edades escolares, tienden a replicar lo que hacen los más grandes y que no hay consecuencias.

Llamó la atención en el sentido de que se debe aplicar y cumplir la Ley de Policía Escolar y de la Niñez. Esta fue aprobada en el 2005.

“Esto es una emergencia y el MEP tiene que hacer un llamado general a las instancias que tienen que ayudarle como por ejemplo la Justicia Penal Juvenil, del Ministerio de Seguridad Pública (…) la población vulnerable como lo son la niñez y la adolescencia se tiene que atender”, acotó Solís.

Fue enfática en que  indicar que si no se interviene el problema de una vez se vislumbra un “mal panorama” en el sistema educativo.

Poca tolerancia

Para Francisco Gólcher, presidente Asociación Costarricense de Psiquiatría (Asocopsi), la pandemia sí fue determinante en los brotes de violencia registrados entre estudiantes.

Para el experto, la pandemia de covid-19 aumentaron las crisis de ansiedad, depresiones y la violencia intradoméstica.

“Los chicos, por estar en las casas, perdieron los contactos sociales que tenían que para ellos era importante el interactuar.

Ahora que regresan a la presencialidad tienen como una baja tolerancia a la frustración y se vuelven más impulsivos (…) Puede ser que ante la energía acumulada por la frustración acumulada buscan un escape y si hay algún estímulo por allí puede salir”, mencionó Gólcher.

Coincidió que el MEP y Contraloría de los Derechos Estudiantiles de ese ministerio deben tomar acciones  y dictar lineamientos a las direcciones regionales “para que personal en psicología que tienen actúen, identifiquen y que hagan actividades de promoción de la salud”.

A raíz de los actos de violencia registrados este jueves, el Instituto de Alajuela anunció la suspensión de lecciones este viernes (Tomado del Facebook del Instituto de Alajuela)