Tomás Gómez
“La masiva llegada de personas migrantes a la frontera sur del país pone de manifiesto una crisis humanitaria que requiere de la presencia y de la acción coordinada de la institucionalidad costarricense y de la cooperación de la comunidad internacional”.
Así de directo es el diagnóstico de la Defensoría de los Habitantes sobre el escenario que se vive en la frontera límite con Panamá.
Agregan la necesidad de “de garantizar sus derechos humanos [de los migrantes] y atender las múltiples necesidades que presentan, que discurren entre las más básicas, como el acceso a agua potable, la alimentación, la salud, el abrigo, un lugar donde pernoctar, hasta las de mayor complejidad, como las relativas al derecho a la protección internacional”.
En los últimos días, el ente defensor visitó la región, detectando diversos problemas que van desde servicios básicos hasta infraestructura.
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Ante ello, la institución pide una mejora en la gestión de otras entidades gubernamentales para los diferentes grupos, sobre todo los más vulnerables.
“Resulta fundamental que las respuestas o soluciones migratorias que se brinden a estas personas, no estén orientadas únicamente a resolver el aspecto de su ingreso irregular al país (control migratorio), sino más bien de que cualquier decisión garantice la protección de sus derechos fundamentales”, indicó la institución.
La Defensoría se mostró, particularmente, preocupada por los casos de menores, mujeres embarazadas, adultos mayores y personas con condiciones de discapacidad, que enfrentan el viaje hacia Norteamérica.
El llamado de este ente incluye la necesidad de protección para quienes van en tránsito hacia Estados Unidos; como para aquellos que están varados en Costa Rica.
En campamentos improvisados pasan los días los migrantes varados en la frontera sur. (Archivo)
Las falencias detectadas
Tras la visita a la zona, la Defensora, Angie Cruickshank, enlistó varios ejes que requieren intervención.
Uno de ellos se refiere a las condiciones de infraestructura, aseo y acceso agua potable en el campo ferial de Paso Canoa, donde permanece gran cantidad de extranjeros.
El otro tiene que ver con el control e identificación de las personas. Con ello se podrían monitorear las necesidades concretas y atender la situación.
“Resulta indispensable que, a partir de ese registro, se brinde seguimiento a la intervención real de cada una de las instituciones responsables de la atención de estas personas”, detalló la Defensoría.
Nada detiene la migración
Las olas migrantes de Sudamérica y Centroamérica han sido constantes por años, pero la situación se agravó en tiempos recientes.
Para 2022 fue palpable la presencia, sobre todo, de venezolanos y este 2023 se está repitiendo. Ahora también se detectan nacionales de otros países como Ecuador, que cruzan la Selva del Darién y luego siguen su periplo por Centroamérica y México.
Estados Unidos, por su parte, advierte de los procesos legales que mantiene y de sus políticas migratorias estrictas. No obstante, las personas insisten en completar sus viajes.
Según explicó el Subsecretario de Comunicaciones del Departamento de Seguridad Nacional, Luis Miranda, en días anteriores, hay un abuso de “fake news” en que están cayendo los migrantes. Él señala que detrás de los movimientos de migrantes hay mafias.
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La situación tiende a complicarse y según la Defensoría, se ha disparado la llegada de extranjeros que viajan.
“El número de personas que trata de llegar a Estados Unidos a través de la selva del Darién, entre Panamá y Colombia, se ha triplicado en el mes de agosto, pese a la advertencia de las autoridades de Estados Unidos de impedir su ingreso a esa nación”, apuntó su comunicado.
