Tecnología: ¿aliada o enemiga en la crianza de los niños?

Para El Observador

En mi generación, se hablaba del televisor como “la chupeta electrónica”. Era la forma en que muchos padres lograban distraer a sus hijos y apaciguarlos como si se tratara, en efecto, de una de estas piezas de goma.

Ahora, el viejo y confiable televisor ha pasado a un segundo plano y cada vez más vemos cómo se recurre a calmar a los niños con una pantalla mucho más pequeña, más móvil y práctica: la tableta. De hecho, si bien las tabletas son herramientas de trabajo y entretenimiento para los adultos, irónicamente, entre sus principales usuarios están los más chicos de la casa.

Sin embargo, con la popularidad de las tabletas han llegado también las dudas a los padres de familia, quienes se preguntan si estamos ante la nueva generación de “chupeta electrónica” y quienes –a veces sintiéndose culpables- se cuestionan si hacen bien en poner las tabletas en las manos de sus hijos.

¿Son las tabletas aliadas o enemigas en la crianza de los niños? La respuesta: depende. Pueden ser excelentes aliadas si se les sabe usar apropiadamente; como sabemos cada vez más se hacen su espacio en las listas de útiles de las escuelas.

Existe una diferencia clave entre la televisión y las tabletas. La televisión es una comunicación en una vía, ante la cual todos somos consumidores pasivos. Las tabletas en cambio, si se les sabe usar, permiten interactuar, producir, investigar, crear. Pueden despertar la creatividad en los niños y propician el desarrollo de habilidades en distintos campos.

Eso sin considerar que, por lo general, son la puerta de entrada al mundo de la tecnología, la cual en los tiempos en los que vivimos, es un eje central de nuestras vidas y de nuestros trabajos. Imaginemos ahora cuánta más importancia cobrará para las nuevas generaciones.

Los padres y educadores que adoptan una posición tajante de prohibir las tabletas en sus hogares o en sus aulas, no hacen sino provocar un doble daño en los menores: les cortan la alas que los llevarán a volar aún más alto al potenciar su imaginación y sus habilidades, y evitan que se preparen adecuadamente para el mundo que les tocará vivir.

Dos consejos básicos

No teman entonces en poner una tableta en las manos de sus hijos. Eso sí, háganlo responsablemente, para lo que hay dos consejos básicos: calidad y cantidad.

Sobre la calidad. Ubique contenidos que realmente aporten valor y que sean adecuados a la edad del niño; pueden consultar en Internet, hallarán muchísimos programas y aplicaciones recomendados por expertos.

Prefiera siempre contenidos y aplicaciones que llamen a interactuar, a crear. No es lo mismo darle una tableta a un niño para que vea fábulas, a dársela para que tome parte de un juego que lo invita a resolver algún tipo de problema o le enseña alguna habilidad.

Y si le preocupa lo que sus hijos buscan en su tableta cuando usted no está, recuerde que hay herramientas especiales para controlar el contenido al que pueden acceder. Tal es el caso de “Rincón de Niños”, aplicación precargada en las tabletas Huawei.

Sobre la cantidad. Como todo en la vida busque el balance. Aún con los mejores contenidos, una tableta no es sustituta para el sol, para el aire fresco, para el deporte, para la interacción personal con otros niños y para tantas otras cosas que deben ser parte de una infancia sana.

También en “Rincón de Niños” se puede definir el tiempo máximo de exposición por día, incluso programando pausas para que los pequeños intercalen el uso de la tableta con otras actividades: como salir a brincar y correr.

Andrea Corrales es mercadóloga y estratega comercial, y se desempeña en telecomunicaciones hace más de una década.