Desde la Columna
Por Ana Cristina Gutiérrez para El Observador
¿Le ha pasado que hay días en que olvida su almuerzo? O, no tiene donde calentarlo, o simplemente no había nada de comer en su casa. ¡A todos nos pasa! El tráfico, los hijos, la hora o la lluvia son razones comunes que nos pueden obligar a ir a un restaurante a comer. Si esto le pasa, lea los siguientes consejos que le harán poder disfrutar de ese almuerzo, o cena, en paz sin afectar su peso ni su salud.
1- Conviértase en un detective: Hoy podrá encontrar opciones de comidas saludables en casi cualquier lugar al que vaya. El truco está en saber qué va a comer antes de llegar a ver el menú, y evitar así antojarse de otras opciones más llenas de calorías. La mayoría de los restaurantes tienen menú en línea por lo que usted podrá investigar de antemano qué tienen saludable para saber qué pedir.
2- Equilibre sus calorías en el día: Esto quiere decir que si va a cenar fuera, procure almorzar una ensalada, verduras o sopa casera para poder invertir más calorías en esa comida de restaurante que hará más tarde.
3- Comprométase a comer despacio: A su cerebro le toma 20 minutos sentir la sensación de saciedad. Por lo tanto, si mastica despacio evitará comer en exceso, y por ende, estará satisfecho más rápido.
4- Nunca llegue con demasiada hambre: Procure realizar meriendas antes, que incluyan alguna fruta, yogurt o vegetales para así tener autocontrol de su apetito, poder meditar sobre lo que va a pedir y comérselo despacio.
5- Pregunte, pregunte, pregunte: Nunca esta de más preguntar, por ejemplo; ¿Qué acompañamientos trae? ¿Cuáles aderezos vienen con la ensalada? ¿Cómo está cocinado el pescado o la carne? ¿Cuántos gramos de proteína vienen en el plato? Todo esto le dará una amplia perspectiva del plato, y le dará la opción de cambiar.
6- Porciones: Cuide el tamaño de sus porciones pues podría estar sumando muchas calorías a su dieta diaria al comer fuera. Por más que creamos que un alimento es muy sano, comer más de lo que necesitamos podría afectar nuestro peso.
7- Refrescos: Para nadie es un secreto que los refrescos esconden muchas calorías. Procure averiguar si los refrescos vienen con azúcar. Es probable que el restaurante tenga infusiones, tés o alguna bebida sin calorías.
8- El postre: En muchos restaurantes tienen algún postre famoso y con seguridad nos antojaremos. Así que, siempre recomiendo pedir un té frutal o de hierbas, o bien un café, para minimizar la necesidad de dulce. Otra estrategia es pedir un postre con el número de cucharas de sus acompañantes y así probar de una a dos cucharaditas para no quedarse con el antojo.
Ana Cristina Gutiérrez es nutricionista clínica, máster en nutrición y alimentación y propietaria de Nutrición Sostenida.
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