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A Quiet Place 2, donde el silencio manda

Popcorn506 para El Observador A Quiet Place 2 era uno de los estrenos más esperados de este año. Aunque el…

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A Quiet Place 2, donde el silencio manda
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Popcorn506 para El Observador

A Quiet Place 2 era uno de los estrenos más esperados de este año. Aunque el género del terror no sea masivo, sí que tiene un público muy fiel y especialmente agradecido. Esto ayudó a que, en 2018, A Quiet Place se convirtiera en uno de los títulos más aclamados del año, no solo por los aficionados al género, sino también por el público general.

John Krasinski sigue escribiendo y dirigiendo, aunque esta vez ya no tiene tanto protagonismo en pantalla. No importa, por muy bien que nos caiga Krasinski, haga lo que haga, en esta ocasión ha conseguido un producto tan redondo que no lo echamos de menos delante de la cámara.

El principal mérito de A Quiet Place en 2018, además de la grata sorpresa que suponía el valiente paso hacia adelante de Krasinsiki, alejándose de su comedia habitual, fue el increíble manejo del sonido, o su ausencia, a la hora de crear escenas de suspense extremo, lo que se traduce en terror puro. Esto es lo principal que vamos a encontrar aquí.

Porque, siendo sinceros, estamos ante una película muy similar en ese sentido a lo que fue la primera. El silencio manda y controla.

Pero eso no es malo, para nada, porque el talento del director y, por supuesto, de los actores, mantiene a la “peli” con mucho vigor.

Ante la ausencia de Krasinski en el reparto, tenemos a Cillian Murphy como contrapeso al gran trabajo de Emily Blunt, Millicent Simmonds y Noah Jupe. La hija, de hecho, adquiere mayor protagonismo, algo no solo simbólico por su condición de sorda de nacimiento, sino que confirma el gran talento que chispeaba en la primera entrega.

Personalmente, nos tenemos que quitar el sombrero ante el trabajo de Emily Blunt. No nos sorprende, ya que es una de las actrices con mayor talento de su generación, pero llega a un punto en el que la reflexión a la que se alcanza es que esta película sería muy diferente, probablemente inferior, si no contara con ella en el reparto. Es lo que se llama un acierto total en el casting.

Como sucede con muchas películas de terror, es complicado hablar de ellas sin caer en el spoiler. Por eso, aquí preferimos centrarnos en la propuesta tan hábil de Krasinski a la hora de conseguir un producto que funciona a la perfección comercialmente y que encaja de maravilla en la situación que hemos vivido a nivel mundial en los últimos tiempos.

No hay que olvidar que A Quiet Place tuvo la inteligencia de terminar con un final lo suficientemente abierto como para aprovechar su éxito y permitirse una secuela.

Ésta ha llegado, y arriesga solo lo suficiente como para que todo encaje bien y los espectadores se sientan cómodos. Tanto es así que, para entender bien la historia, su primera parte es una especie de prólogo flashback en la que se nos explican las razones de la situación actual, en la que el mundo está dominado por esos alienígenas de oído tan puro.

Dicho esto, la película es tan accesible para los neófitos como para los que ya conocen la trama. Por este motivo, es muy posible que los resultados en taquilla sean aún mayores que en la primera entrega, incluso con los límites que aún existen en muchos países a causa del Covid-19.

Ahora, y más cuando esta película resulte muy exitosa, solo nos queda esperar la tercera película de la saga. Lo que pasa con estas cosas es que, como siempre, corre el peligro de decaer la calidad y que todos nos arrepintamos de esa entrega innecesaria.

Así que, si lo que quiere es una experiencia similar a la que vivió hace tres años, con sus momentos de verdadera tensión y una sensación de intensidad creciente, aquí la va a encontrar. Y si no los vivió en su momento, pero le atraen esos sentimientos, no tenga miedo, porque disfrutar esta película enormemente.