Tomás Gómez
La opinión del presidente Carlos Alvarado sobre el descalabro que sufrió el Partido Acción Ciudadana (PAC) seguirá siendo una incógnita. Esto al menos hasta el traspaso de poderes, en mayo entrante.
“Mi condición de Presidente no me permite referirme, porque tengo una prohibición expresa la cual, por respeto a la ley, respeto”, dijo Alvarado.
Esto tras ser consultado sobre el resultado y la propuesta de Ottón Solís de que sea él quien lidere la renovación del PAC.
“Cualquier cosa vinculada a temas políticos como tales, con toda libertad podré discutir después del 8 de mayo con la ciudadanía. Hoy en mi calidad de presidente no me puedo referir a ello”, agregó.
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Sobre las elecciones, se limitó a decir que fue una jornada excepcional y por ello felicitaba a los costarricenses.
Además, sin aludir directamente a los candidatos José María Figueres y Rodrigo Chaves -que disputarán la Segunda Ronda-, dijo que les deseaba “lo mejor”.
Alvarado aseguró que el Gobierno busca hacer una transición ordenada con su sucesor. Recientemente se firmaron los decretos para la organización del traspaso de poderes aunque no esté claro quien tomará el mando (Presidencia)
El PAC se va con los peores resultados de su historia
Aunque el candidato Welmer Ramos promovió la idea de que remontaría y hasta prometió una “Sapri-hora”, la votación del domingo confirmó las tendencias de las encuestas que hacían prever un resultado catastrófico en el PAC.
Los resultados del último corte dieron al oficialismo solo 12.135 votos, lo que representa el 0,66% del total. Los rojiamarillos quedaron así por debajo no solo de los partidos tradicionales sino también de grupos nuevos como Unidos Podemos (liderado por Natalia Díaz) y Fuerza Nacional (de Greivin Moya).
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Además, el PAC no tendrá un solo diputado, lo que le cierra las puertas a cualquier posibilidad de tener deuda política la cual usaba para pagar la condena por estafa que pesa en su contra.
Los resultados, además, son los peores en las dos décadas de historia del PAC. Incluso se alejan de las tres derrotas a Ottón Solís y aún más de las victorias de Luis Guillermo Solís y Carlos Alvarado.
La agrupación rojiamarilla nunca había bajado del 20% de apoyo y siempre tuvo al menos una decena de diputados.
