Desde la Columna
Por Paola Otoya
Combatamos las palabras de desaliento hacia el pueblo puntarenense con acciones y palabras que llenen el espíritu de los porteños.
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Las palabras importan. Cuando ellas son de desaliento, minan el espíritu de quien las escucha. Cuando ellas son positivas, la motivación inicia un círculo virtuoso.
Por eso, combatamos las palabras de desaliento hacia el pueblo puntarenense con acciones y palabras que llenen el espíritu de los porteños.
Vamos por un churchill; comámonos un pescado frito en La Punta, ahí por el faro; hospedémonos en el hostal de la señora del puerto ya que algunos solo piensan en la de Purral, quien aparentemente es digna del apoyo que tiene porque es de la Meseta Central; vamos por un copo en la recta de Caldera, quedémonos por dos o tres días.
Vamos por un almuercito y volvamos con una sonrisa. Esta es la forma en que los conciudadanos podemos apoyar la reactivación económica.Vayamos todos, los chiquillos con los tatas. No solo nos caen bien unas vacaciones, sino que podemos aprovechar para educar a nuestros hijos en el tema de solidaridad ciudadana.
El negar el apoyo y la creación de oportunidades a un pueblo, es la negación tácita del rol de los gobiernos.
Los puntarenenses no están pidiendo limosna, pero sí oportunidades y la cancha emparejada. Lo que están pidiendo es que el Gobierno levante de sus espaldas ese handicap horroroso impuesto desde el centro.
Ya que no quiere hacerlo, empecemos nosotros, los ciudadanos, haciendo una romería solidaria desde la Meseta Central hasta donde el Golfo de Nicoya se une con el estero. Vamos, es muy bonito y puede cambiar muchas vidas.
Paola Otoya
Desde la Columna
