Sergio Arce
Las estadísticas no engañan en Costa Rica: el cáncer colorrectal es la segunda causa de muerte por cáncer en mujeres, solo superado por el de mama. Y es el tercero en hombres por debajo del gástrico y prostático.
Existen factores de riesgo de esta enfermedad que no conocen diferencia de religión, estatus o lugares del país.
Entre ellos se encuentran los modificables como la dieta, el fumado y la obesidad, aunque también existe la historia familiar.
Y aunque se ha enfatizado en que la principal arma de combate es la prevención -que incluso permitiría lograr la detección temprana de esta enfermedad-, las cifras no dejan de crecer.
La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) reportó en el 2020 -dato más actualizado- un incremento en la incidencia del 73% en hombres y 23% en mujeres con respecto al 2000.
Incluso: una de cada 52 personas en Costa Rica será diagnosticada en adelante con cáncer y una de cada 117 fallecerá por esta causa en el país.
Este panorama no pasa inadvertido por los profesionales en oncología, tanto locales como internacionales, que ven con preocupación estos escenarios.
Sin embargo, no dejan de lado el optimismo y la esperanza de que el país logre aminorar estas cifras en la medida que se logra una mayor educación sobre el tema, que permita -incluso- derribar estigmas.
Más allá de los miedos o dudas
Actualmente, existe la creencia de que este cáncer empieza a presentarse a partir de los 45 años (con un mayor impacto en los mayores de 75 años).
Andrés Wiernik, director del Centro de Cáncer y Hematología y cabeza del Hospital Metropolitano, explicó que ya hay registros de que la incidencia de cáncer de colon se está presentando en edades más tempranas.
¿Qué está pasando entonces con la prevención?
Jonathan Bleeker, oncólogo y director del Centro de Cáncer de Sanford Health, en Dakota del Sur (EE.UU.) enumeró a El Observador algunos estigmas:
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- Orgullo: Hay personas -especialmente los más jóvenes y saludables- que no quieren reconocer que deben prestarle atención a la historia familiar o a los factores de riesgo.
- El sentido del miedo: Cuando las personas tienen responsabilidades -principalmente familiares- no desean que nadie sepa para no afectar la dinámica familiar. Y solo deciden ignorar, cuando la prevención y realizarse exámenes a tiempo pueden, más bien, ayudarse y ayudar a su entorno.
- Escuchar a los allegados: No es necesario que alguien famoso o famosa acuda a la televisión o redes sociales para hablar del tema. Es importante escuchar a la familia o vecino que, incluso, ha vivido un episodio por cáncer de colon, ya sea en carne propia o por alguien cercano.
Incluso, el especialista comentó que la pandemia impactó la atención preventiva. Esto en vista de que muchas personas optaron por consultas virtuales y no han acudido a los centros médicos.
Educación y acción
Wiernik enfatizó en que la única manera de superar estos miedos, mitos y hasta “preocupaciones” es con la educación. Y esta dará paso a la conciencia y a la acción.
El cáncer colorrectal es llamado a menudo la “enfermedad silenciosa”. Esto en vista de que sus síntomas no siempre se presentan en etapas tempranas, sino cuando el cáncer está en etapa avanzada y es cuando su cura es más difícil.
Lo bueno es que se trata de un mal prevenible y curable. En la medida en la que población acuda donde el especialista -en el sector público o privado como el Centro de Cáncer y Hematología del Metropolitano- se podrán ofrecer tratamientos oportunos.
Esto en caso de que el tumor se encuentre en etapas tempranas. Y el resultado es lograr mejores pronósticos de vida, explicó Wiernik.
La CCSS apunta a que existen pruebas de detección que ayudan a encontrar pólipos antes de los síntomas. Los pólipos son abultamientos en la pared del colon que se pueden convertir en cáncer.
De la mano de los exámenes y visitas al especialista (prevención), no olvide que usted puede aminorar los factores de riesgo.
Esto son algunos consejos de la CCSS:
- Consumir una dieta rica en fibras, especialmente vegetales y frutas.
- Disminuir el consumo de carnes rojas y grasas de origen animal.
- Ingerir productos ricos en calcio (lácteos).
- Realizar actividad física regularmente y evitar el sobrepeso.
- Disminuir el consumo de bebidas alcohólicas y evitar el tabaco.
