Hermes Solano
El Real Madrid no se cansa de ganar. Este sábado 28 de mayo agrandó su leyenda al conquistar su décimo cuarta copa de Europa.
El conjunto español es campeón de la Champions League al vencer 1 a 0 al Liverpool de Inglaterra, en una final que tuvo como figuras a Vinicius Jr. por el gol, pero sobre todo al arquero Thibaut Courtois.
En el Stade de France de París, el cuadro blanco agrandó su leyenda, logrando su quinto título del torneo en los últimos ocho años.
Volvió a ser campeón del Viejo Continente después de cuatro años. La última vez precisamente había sido contra el conjunto inglés, que a pesar del gran partido, se quedó con las manos vacías.
Factor Courtois
El Liverpool fue mejor equipo en la primera parte, contó con las mejores ocasiones de gol, pero se topó con el arquero Thibaut Courtois.
Una y otra vez el belga le dijo que no a Mohamed Salah y Sadio Mané, no solo en la etapa inicial, también en el complemento cuando ya el Madrid estaba ganando.
El belga se convirtió en la gran figura del campeón en la final de Champions League.
Salah y Mané lo intentaron una y otra vez, pero en todas las acciones, vieron como la mano o el pie del arquero del cuadro blanco les decía que no.
En la recta final del partido, al 82’, sacó una gran mano a un remate cruzado de Salah que tenía destino de gol, pero el arquero, ya agrandado en el partido, hizo una de sus mejores intervenciones.
(AFP)
Golpe total
El Madrid encontró el gol de la victoria y del título en una acción del uruguayo Fede Valverde, quien por derecho recibió la pelota y se metió al área.
Ahí, sacó un disparo que le salió un centro para la aparición de Vinicius Jr., quien en el segundo palo remató solo para mandar la pelota al fondo y poner el 1 a 0 que resultó definitivo.
Era el minuto 58’ y quedaba mucho partido por delante, pero la anotación fue suficiente para que el conjunto español agrandara su leyenda en el Viejo Continente como el club más ganador en la historia de la competición.
(AFP)
Torneo de ensueño
El título para el Madrid llegó después de un certamen de ensueño y en el que sacó dos series casi que milagrosas.
Primero fue en octavos de final ante el París Saint Germain. Perdió el partido de ida 0 a 1 y en la vuelta, también perdiendo 0 a 1 y con el global 0 a 2, logró darle vuelta y con un 3 a 1 final siguió en carrera.
En cuartos de final superó al Chelsea ganando la ida 3 a 1 y perdiendo la vuelta 2 a 3.
Ya en semifinales, contra el Manchester City, otra vez logró una clasificación milagrosa cuando le decía adiós al torneo.
Tras la derrota de 3 a 4 en la ida y luego de ir perdiendo 0 a 1 al minuto 80’ en la vuelta, logró empatar el global en el tiempo reglamentario y ya en la etapa suplementaria encontró el gol que le dio el boleto a la final.
Milagroso, casi muerto, pero el Madrid se levantó para alzar este sábado su décima cuarta orejona y seguir agrandando su leyenda como el mejor club europeo de la historia.
