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Crucitas por la libre: revive la fiebre del oro y el temor de vecinos

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Por Marcela Delgado / San Carlos Digital

Apenas con los primeros rayos del sol empieza el movimiento. Ya a las 5:00 a.m. ingresa el primer grupo de personas sobre todo a la finca Vivoyet, donde están los principales yacimientos de oro.

Esto es parte de los testimonios que cuentan algunos vecinos de Crucitas, en Cutris de San Carlos, y donde el temor es el sentimiento común.

Por día pueden ingresar hasta 50 personas, algunos días pueden ser más. Al menos eso es lo que ven, desde las ventanas de sus casas. Estiman que a este momento, puede haber cerca de dos personas sacando oro de forma ilegal.

Esto es lo que pasa y cada vez en aumento, desde hace dos semanas cuando se conoció que el Ministerio de Seguridad Pública retiró la presencia fija de policías en esta zona.

Todo lo que pasa desde entonces queda en la retina de los pobladores de esta pequeña comunidad fronteriza pero, hablar de ello puede ser un riesgo pues la violencia, robos y asaltos volvieron a ser pan de cada día.

Es por esto que, algunos testimonios quedan con identidad protegida pero son relatos vividos en el corazón del pueblo.

“En la zona hay mucha preocupación porque de toda la gente que ingresa hay de todo, la mayoría es de Nicaragua y aquí no se puede confiar en ellos, nunca andan desarmados siempre andan con un cuchillo en la pretina del pantalón o las botas”, comentó una de las vecinas.

De pronto las calles de la comunidad se convierten en una especie de turno según cuentan. Junto a los coligalleros llegan mujeres que instalan “ranchos” y ahí venden alimentos, cervezas, medicamentos y hasta drogas. Todo traído de Nicaragua contrabandeado.

El principal punto de concentración es la finca Vivoyet, justo donde estaba el puesto policial que fue retirado. Ahí, se concentran los coligalleros a presionar por su entrada.

“Esto es un desastre aquí de nuevo, siguen diciendo que no y es un descaro decir que están haciendo patrullajes y es mentira que la finca cambió de dueño y es mentira que sacamos a la policía de aquí”, confirmó Greivin Rodríguez, administrador de la finca.

Con la frustración de saber que la zona quedó por la libre y que, de nuevo es tierra de nadie, los vecinos sostienen su enojo.

“Nosotros estábamos tranquilos con lo que hizo el gobierno anterior por que al menos la situación estaba controlada, ahora vino este ministro y cambió todo y ya esto es un relajo”,comentó otra de las vecinas.

Problemas sociales

Con la fiebre del oro llega el dolor de cabeza para los pobladores de Crucitas: robos, vandalismo, consumo y venta de drogas y hasta prostitución.

“El problema es que a raíz de que ya hacen dinero ya empiezan a consumir alcohol, empiezan a consumir drogas y hasta la prostitución. Si solo vinieran a trabajar pero son gente que utilizan el dinero para esas cosas”, comentó María Salvatierra, maestra de la escuela local.

Y es que ella, es una de las afectadas con la situación de años anteriores pues su escuela fue víctima de robos constantes, al punto que estuvo sin servicio de comedor por tres años pues, los coligalleros arrasaron con todo.

“Ahora yo me voy los fines de semana pensando si cuando vuelva solo voy a encontrar las 4 paredes de la escuela y no me puedo imaginar lo que pueda pasar si esto sigue así”, contó.

Algunos de los pobladores ya reportan perder la paz a causa de asaltos y robos y si quiera, hay policía para atender esas situaciones. Otros, solo tratan de acostumbrarse

“Yo lo que hago con los coligalleros es que les hablo y les digo que si van a pasar por la finca lo hagan por los portillos para que no me hagan daños y así me la juego”, contó Alfredo Arias.

Video compartido el domingo en Crucitas

 

¿Y el oro?

Por día un coligallero puede ganarse hasta 20 mil colones por día en la extracción ilegal.

Gran parte de ese oro se lo llevan de vuelta a Nicaragua y otra parte la venden en la misma finca.

“Aquí llegan los carros a comprar el oro en la misma finca, por eso le digo que esto es un relajo”, contó don Greivin.

La situación es que, en apariencia, a los coligalleros les va mejor con el precio si se la llevan a Nicaragua y por eso, la ventas locales son menores.

Mientras todo esto pasa y Seguridad Pública insiste en que mantiene presencia policial en la zona, los miles de extractores confirman que otra vez Crucitas está por la libre y así, es como se llevan el oro que es de todos los costarricenses.