Hermes Solano
Los aguaceros del miércoles causaron estragos en Cartago, específicamente en el sector de La Lima y Quircot, en el distrito de San Nicolás.
El agua se metió a las casas y comercios de la zona, acompañados de sedimentos, barro y hasta ramas y troncos de árboles, arrastrados por los ríos Amapola y Taras.
Este jueves, los afectados comenzaron a limpiar sus casas y negocios, mientras que las cuadrillas de la Municipalidad de Cartago trabajaban en remover el lodo de las calles.
¿Por qué tanto barro?
Aunque todavía no hay un reporte oficial de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), el desbordamiento de los ríos en estos sectores de la Vieja Metrópoli, sumado a la construcción de la carretera Taras-La Lima, pudieron pesar en la cantidad de lodo acumulado.
La construcción de la carretera genera trabajos que van dejando escombros y tierra en muchos sectores.
A esto se puede unir el hecho del material que arrastra el río.
“Obviamente el fenómeno empezó en la parte norte, en la zona de Llano Grande y bajó a Quircot por el río Amapolas y el río Taras. Pudo haber ayudado a la cantidad de sedimentos los trabajos que se están realizando”, señaló Mario Redondo, alcalde de Cartago.
Mucha afectación
En la Municipalidad aseguran que hay alrededor de 100 familias afectadas, que podrían sumar entre 300 y 350 personas tanto de La Lima, como de Quircot y también de un sector en Taras.
Todas ellas han trabajado muchas horas para limpiar sus hogares y comercios.
Uno de ellos, don Luis Monge, dueño de la Marisquería Las Américas, aseguró que nunca en los 13 años que tiene el negocio en el sector había visto lo ocurrido ayer.
De su local habían sacado una gran cantidad de tierra y barro. Asegura que las pérdidas económicas son importantes.
“Cuando vimos fue que comenzó a entrar el agua. En cuestión de segundos el nivel subió un metro”, dijo don Luis, quien con la ayuda de familia, amigos y vecinos, está trabajando en limpiar.
“Todo se deterioró, va todo para la basura”, añadió.
Hace 14 años
En otro negocio, una tienda de ropa, varias personas sacaban el agua del lugar, pero les quedaba mucho barro en zonas internas.
Aseguran que nunca habían visto algo similar. Poco a poco el agua empezó a meterse y tuvieron que correr para que la mercadería no se dañara.
Según el alcalde de la Vieja Metrópoli, hace 14 años, en 2008, sucedió un evento similar, aunque no de las proporciones de lo ocurrido este miércoles.
“Esta vez fue un poco más fuerte”, dijo Redondo.
