Sergio Arce
Un intercambio cargados de “solidaridad” y “hermandad” protagonizaron este miércoles los presidentes de El Salvador, Nayib Bukele, y de Costa Rica, Carlos Alvarado.
Esto luego de que la vecina nación donara a nuestro país 10.000 ampollas de Fentanil. Se trata de un medicamento empleado para sedar pacientes hospitalizados con covid y que deben ser ventilados.
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El primero en pastear en sus redes sociales fue el mandatario salvadoreño.
Nuestros hermanos de Costa Rica nos solicitaron urgentemente, un préstamo de 10,000 ampollas de Fentanil, para los pacientes que luchan entre la vida y la muerte en sus UCIs. Pero la ayuda no se presta, se entrega sin condiciones. Ellos hubieran hecho lo mismo por nosotros
Nuestros hermanos de Costa Rica nos solicitaron urgentemente, un préstamo de 10,000 ampollas de Fentanil, para los pacientes que luchan entre la vida y la muerte en sus UCIs.
Pero la ayuda no se presta, se entrega sin condiciones.
Ellos hubieran hecho lo mismo por nosotros 🇸🇻🇨🇷 https://t.co/eT3Nfshyc5
— Nayib Bukele (@nayibbukele) April 21, 2021
Horas más tarde, el mandatario costarricense respondió al mensaje con el siguiente posteo:
Agradezco al gobierno y al pueblo de El Salvador la solidaridad mostrada con el medicamento Fentanilo. Esto realza el valor de los mecanismos de cooperación mutua de la región. Juntos, como pueblos hermanos, superaremos la pandemia y los desafíos del desarrollo 🇨🇷🇸🇻 @nayibbukele
— Carlos Alvarado Quesada (@CarlosAlvQ) April 21, 2021
A lo que Bukele respondió en Twitter:
Nada que agradecer Presidente @CarlosAlvQ, nos sentimos felices de poder ayudar a nuestros hermanos costarricenses, con quienes nos unen los más grandes lazos de hermandad.
Somos un solo pueblo 🇸🇻🇨🇷 https://t.co/nFf3Z7q86i
— Nayib Bukele (@nayibbukele) April 22, 2021
CCSS buscó medicamento
La donación se concretó en el marco de las coordinaciones entre instancias de salud de la región por medio de la Secretaría Ejecutiva de Comisión Ministerial de Salud de Centroamérica (Comisca).
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Esteban Vega de la O, gerente de Logística de la CCSS, apuntó que se requería reforzar el inventario del fentanilo (medicamento anestético), que es importante para la atención de la pandemia.
“En esta oportunidad tuvimos la anuencia de préstamo inicialmente por parte del Ministerio de Salud de El Salvador y, posteriormente, se nos confirmó que iba a ser bajo el mecanismo de donación, lo cual sin duda alguna agradecemos enormemente”, afirmó Vega de la O.
A esto añadió: “Mantenemos las puertas abiertas, como ha sido lo habitual, tanto con el Instituto Salvadoreño de Seguridad Social, al que hemos apoyado en varias ocasiones, como al Ministerio de Salud de El Salvador en el marco de esa cooperación interinstitucional y de apoyo cuando así es requerido”.
¿Qué es el fentanilo?
Es un medicamento anestésico, utilizado para la sedación de los pacientes que requieren soporte ventilatorio agudo invasivo con ventilación mecánica, dentro de los cuales se incluyen a los pacientes covid-19 positivos que requieren hospitalización y a su vez presentan compromiso respiratorio importante por períodos prolongados.
“Por lo que el consumo de este medicamento ha venido experimentando un crecimiento sostenido, aseveró Vega de la O.
Ofrecimientos salvadoreños
Desde que inició la pandemia, el gobierno Salvadoreño ha mostrado anuencia a colaborar con los costarricenses.
Uno de los momentos importantes fue cuando, en diciembre anterior, Bukele ofreció prestar 100 camas UCI a Costa Rica, cuando las autoridades vaticinaron el colapso del sistema hospitalario.
El ofrecimiento se debió a que a ellos les sobraban.
“Nuestros hermanos de Costa Rica ya solo tienen 8 camas para pacientes en cuidados intensivos. Aquí tenemos 700 disponibles”, indicó Bukele en diciembre del 2020.
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Pero el ofrecimiento fue declinado por el ministro de Salud, Daniel Salas, quien aseveró en contestación que “es casi imposible”.
“Eso representa un reto grandísimo, por no decir imposible”, dijo. Al mismo tiempo señaló que no solo se trataba de la cantidad de camas.
También indicó que se tenía que tomar en consideración la cantidad de personal especializado disponible para atender a tantas personas.
“No es que tenga una cama con un respirador. Si no que tenga también el personal que pueda hacerle cargo al manejo de ese paciente en cuidados intensivos.
“También el asunto claro de logística, que representa un reto grandísimo, por no decir imposible, ese transporte”, argumentó Salas, en su momento.
