Avenida O

El perdón… un acto de amor para mí

Yaxún Víquez para El Observador En estos días conversando con alguien que quiero muchísimo, Tuti Furlán, hablábamos sobre el tema…

Por Blog

Tiempo de Lectura: 2 minutos
El perdón… un acto de amor para mí
Facebook Twitter Whatsapp Telegram

Yaxún Víquez para El Observador

En estos días conversando con alguien que quiero muchísimo, Tuti Furlán, hablábamos sobre el tema de “el Perdón”.

Y me encanta la posición precisamente que tiene ella, porque expone muchísimo desde  ¿dónde estoy sintiendo yo realmente que está este tema del perdón? ¿está en la otra persona o está en esta revisión que yo hago de mis acciones?

No es para justificar, es para entender a la otra persona, pero esto mediado de acuerdo con mi realidad: ¿cómo estoy viviendo yo las cosas? ¿cómo las estoy percibiendo? Y por supuesto: ¿cómo estoy decidiendo yo que me impacten directamente?

Es un regalo personal

Muchas veces estamos esperando que el otro sea el que venga con acciones grandes, específicas, maravillosas para entonces yo empezar a pensar si quiera yo ese perdón.

El perdón es un regalo personal, tiene que ver todo, absolutamente todo conmigo mismo.

La otra persona en su actuar humano lo hace lo mejor que puede con los recursos que tiene. Y porque es tan importante que podamos percibirlo así, bueno, porque definitivamente yo también soy humana.

En algún momento determinado también voy a requerir y voy a querer que esa otra persona que está ahí me perdone como entendiendo lo que sucedió, no justificando por supuesto, pero si entendiendo que en mi humanidad puedo fallar.

Y es que la virtud de perdonar tiene que empezar conmigo mismo. La virtud de poder entender que aquello que yo decidí que me afectara únicamente tiene que estar generando dolor para mí.

Soltar, liberar…

Entonces por qué no empiezo a preguntarme ¿qué puedo hacer por liberar? ¿qué puedo hacer por soltar?

Porque es como si tomara realmente una cuerda y la halara con muchísima fuerza. La tensión va a ser extrema y quien se va a lastimar únicamente voy a ser yo.

Entonces por qué no decidimos soltar esa cuerda. Al final de cuentas es para ser felices, es para estar bien conmigo misma.

La cuestión aquí está en revisar esta espiral de pensamiento que tenemos, si, en revisar cuanto está llegando este pensamiento y cuánta fuerza le entrego desde el dolor,.

Desde lo que me hicieron, desde la victimización y no empezamos a soltar sabiendo que ahí está nuestra libertad.

Un acto de amor conmigo mismo

Esto sabiendo que en ese momento es cuando vamos a empezar a trabajar sobre esa paz y aunque suene trillado esa paz que no es negociable.

¿Qué estoy generando yo a nivel personal hoy que me permite paz, que me permite tranquilidad, que me hace estar bien conmigo mismo y por ende estar bien con los demás?

Eso es un acto de amor para mí, el perdón tiene que ver todo conmigo, aunque yo crea que tiene que ver con la otra persona.

Actos humanos, relaciones humanas donde definitivamente muchos momentos recordemos yo voy a requerir de ese perdón.

Y voy a esperar que la otra persona entienda cuál fue mi intención para poder hacer revisión de esa acción. No juzgar, más amor y muchísimo menos dolor.