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El viaje a esquí a Colorado que enfermó a millonarios mexicanos y mató al presidente de la Bolsa por el coronavirus

El coronavirus ha demostrado ser una pandemia democrática: ha enfermado a ricos, a la clase media y a los más…

Por AFP

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El viaje a esquí a Colorado que enfermó a millonarios mexicanos y mató al presidente de la Bolsa por el coronavirus
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El coronavirus ha demostrado ser una pandemia democrática: ha enfermado a ricos, a la clase media y a los más pobres en el mundo.

La enfermedad se ha esparcido con una rapidez asombrosa entre los millonarios mexicanos, luego de un viaje que hizo parte de la élite de ese país a la ciudad estadounidense de Vail, en Colorado, convertido en un lujoso centro de esquí para estadounidenses y extranjeros de alto poder adquisitivo.

“Es uno de los lugares favoritos de la élite latinoamericana para hacer deporte y socializar en un ambiente elegante y divertido entre quienes ya no quieren ir a Aspen. Construido con casas imitación al estilo del Tirol es habitual encontrarse en sus calles desde familias vinculadas a Donald Trump, como los hermanos Koch, a millonarios latinoamericanos. Uno de los momentos estelares del día es el après-ski, las fiestas que se organizan al caer el sol en los bares de Vail”, escribió el diario El País sobre este sitio.

No solo hay reportes de enfermos y algunos muy delicados por este dichoso viaje, sino que el COVID-19 cobró la vida del presidente de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), Jaime Ruiz Sacristán, quien falleció el domingo a los 70 años de edad. Él fue uno de los que viajó a Vail.

¿Qué pasó en ese viaje? Más de 400 ricos mexicanos se fueron a esquiar en febrero a dicho enclave de las montañas Rocosas de Colorado. De acuerdo con los reportes de prensa, en el sitio había varios italianos que dieron positivo por el nuevo coronavirus.

Los mexicanos regresaron a sus país -algunos de Monterrey, otros de Jalisco y otros de la Ciudad de México- y unos cuantos de ellos se fueron a sus casas de retiro en la playa o en la montaña.

Entre los mexicanos que estuvieron en Vail para presenciar una competición de snowboard está José Kuri Harfusch, director del Grupo Financiero Inbursa y primo del magnate mexicano Carlos Slim, y a quien autoridades sanitarias en México reportan como “grave” tras contagiarse de COVID-19.

Cuando trascendió lo ocurrido en ese viaje autoridades de diferentes estados, principalmente de Jalisco, comenzaron una búsqueda ingente de más de 400 personas que estuvieron esquiando en la ciudad estadounidense.

“Necesitamos que este grupo de personas que fueron parte de este viaje entiendan que tienen una altísima probabilidad de haber adquirido este virus y que son hoy un riesgo potencial para la gente que está cerca”, informó el gobernador estatal, Enrique Alfaro, en un mensaje difundido en redes sociales.

La Secretaría de Salud estatal confirmó que ya fueron localizados algunos de los viajeros, pero será este jueves cuando se conozcan más detalles. Por ahora se sabe que 50 de esos viajeros dieron positivo.

La agencia de viajes a la que contrataron los esquiadores confirmó que el viaje a Vail se realizó cuando todavía no había alerta por el COVID-19 en Estados Unidos.

Pero ahora no solo hay temor entre los millonarios que hicieron ese viaje, sino entre todas aquellas personas que tuvieron contacto con ellos: sus allegados, personal de servicios, trabajadores y amigos.

¡Fuera de aquí!

Medios locales han reportado que lugareños de las zonas donde estos ricos tienen sus casas de descanso han protestado por su presencia y han pedido que se marchen. Por ahora no se conocen casos de violencia.

Y es que la pandemia, que en México ya suma más de 5.300 personas infectadas y más de 400 fallecidos, asusta a los habitantes de muchas comunidades, algunas incluidas por autoridades en la lista de “pueblos mágicos” para impulsar el turismo, pero que más allá de sus atractivos cuentan con precarios servicios de salud.

“A todo turista lo vamos a estar regresando desde donde venga, en los retenes, para evitar la contaminación [por el virus] hacia nuestros ciudadanos”, dice Crisanto Moreno, comandante de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), una policía comunitaria.

La UPOEG, que cuenta con la venia del gobierno mexicano, debido a la fuerte presencia de grupos del crimen organizado sobre todo en zonas rurales de Guerrero, colocó puestos de control en puntos de la carretera federal que conducen a cinco municipios turísticos de la llamada Costa Chica del estado, en el Pacífico.

Media docena de estos policías comunitarios, hombres humildes que calzan sandalias, se protegen del fuerte sol con gorras y pañoletas, y empuñan escopetas, restringen el paso de vehículos particulares y autobuses que intentan visitar alguno de los balnearios vírgenes de la región.