Paula Ruiz
Un proyecto de ley en la Asamblea Legislativa pretende eliminar la segunda vicepresidencia de la República, bajo la justificacion de que esta figura política no tiene funciones específicas, lo cual no contribuye a la eficiencia del Gobierno. Así lo destaca el texto del expediente 21.407.
No obstante, expertos en Ciencias Políticas de la Universidad de Costa Rica (UCR) consideran que dicho cargo debe mantenerse.
El documento, elaborado por Eugenia Aguirre y Adrián Pignataro, destaca que el no contar una función específica, no implica que se desliguen por completo de la función pública. Por el contrario, han asumido roles.
Ejemplo de ello es que segundos vicepresidentes han servido como ministros o coordinadores de equipos. En el recuento, destacan también acciones específicas que han realizado, algunos de ellos son:
- Jorge Dengo, en la atención de la emergencia por el Huracán Juana
- Ana Helena Chacón, para el matrimonio igualitario
- Rodrigo Oreamuno, en negociaciones político-partidarias
- Rebeca Grynspan, para la implementación del Plan Nacional de Lucha contra la Pobreza
- Astrid Fischel, en la coordinación del Triángulo de la Solidaridad
- Marvin Rodríguez, en la Mesa Caribe
“Las personas vicepresidentas pueden convertirse en un recurso en las tareas de gobierno, si quien ocupa la presidencia considera que esto contribuye a su gestión”, afirman.
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Por otra parte, los expertos recuerdan que esta figura política ha permitido la representación de grupos sociales en el Gobierno, entre ellos personas afrodescendientes o del movimiento LGBTI.
“Reducir el número de vicepresidencias a uno implica una disminución de este espacio ampliado de representación”, afirman Aguirre y Pignataro.
El salario
Si el interés de eliminar esta plaza tiene una motivación salarial, los expertos afirman que la remuneración de la segunda vicepresidencia es de ¢24,2 millones anuales.
El dato, extraído del Presupuesto Nacional del 2021, muestra que no tendría un impacto para las finanzas públicas.
“Esto representa un 0.0002% sobre el total de presupuesto”, señala el documento.
Adicionalmente, se debe destacar que las vicepresidencias también pueden verse como una posibilidad para tener figuras de otros partidos políticos en la fórmula presidencial.
Eso sucedió en 2014 con Ana Helena Chacón quien se unió a Luis Guillermo Solís, del PAC, pese a su paso por el Partido Unidad Social Cristiana (PUSC).
“Por último, la eliminación de una de las figuras vicepresidenciales también puede tener repercusiones en el desarrollo de carreras políticas. De los 26 vicepresidentes y vicepresidentas de Costa Rica en el periodo 1970-2018, cinco han optado por presentarse como candidatos y candidatas presidenciales luego de ejercer como vicepresidentes (de forma consecutiva o no)”, informaron Pignataro y Aguirre.
Los casos más recientes son el de Laura Chinchilla, quien fungió como vicepresidenta junto a Óscar Arias y, al dar el salto a una candidatura presidencial, logró convertirse en la primera mujer en ese puesto.
Mientras tanto, en la reciente campaña electoral, Lineth Saborío fue la candidata del PUSC, luego de haber acompañado a Abel Pacheco en el periodo 2002-2006 en la vicepresidencia de la República.
Eugenia Aguirre y Adrián Pignataro realizaron el análisis del proyecto de ley. (Cortesía UCR).
