Josué Alvarado
El porcentaje de la población costarricense que vivía en cantones con un desarrollo humano “muy alto” y “alto” disminuyó durante el 2020, año en el que inició la crisis sanitaria provocada por la pandemia.
Como consecuencia, aumentó el número de personas que vivía en cantones con un desarrollo humano considerado como “medio”.
Estos datos se desprenden del Índice de Desarrollo Humano (IDH), a través del cual se miden indicadores como la esperanza de vida, ingreso per cápita del hogar, años promedio de escolaridad, entre otros para cada uno de los cantones del país.
Como buena noticia, a pesar de los efectos de la pandemia desde el año 2012 no hay población en cantones con un desarrollo “bajo”, condición que se mantiene.
"Costa Rica es un país con niveles generales de desarrollo humano más altos que los de la región centroamericana, pero las desigualdades internas han sido persistentes y crecientes, que a la vez se han sumado nuevas formas o detonantes de estas desigualdades en los últimos años, situación que se agudizó en 2020 por las consecuencias de la pandemia", dice el nuevo Atlas de Desarrollo Humano Cantonal en Costa Rica 2022.
Esta recopilación y análisis de datos estuvo a cargo de la Escuela de Estadística de la Universidad de Costa Rica (EEs - UCR), el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS), el Sistema Nacional de Información y Registro Único de Beneficiarios del Estado (Sinirube) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Los resultados se presentaron este martes 13 de junio.
Disminuye el promedio país
El documento señala que por primera vez en 10 años, en el 2020 la trayectoria del IDH cantonal promedio para Costa Rica disminuyó, es decir, se alejó del valor 1, lo que significa un menor desarrollo humano.
Para el 2020 el valor del IDH llegó a 0,737, cifra que se reportaba en el 2014.
Según el documento, la disminución de este índice en el 2020 se explica principalmente por una afectación en el bienestar material cantonal.
Esto se relaciona con una disminución sufrida en el promedio per cápita del hogar cantonal, que pasó de ¢367.660 en 2019 a ¢317.099 en 2020, dice el atlas.
"Esto es coherente con lo registrado por otros indicadores que mostraron un incremento en la pobreza, una disminución de los ingresos y en general una situación económica desfavorable", señala el documento.
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