Tomás Gómez
Como ya ocurrió durante la visita del Secretario de Estado, Michael Pompeo, a Costa Rica en enero pasado, nuevamente la diplomacia estadounidense advirtió una vez más a la región sobre las relaciones con China.
El mensaje fue parte de una conversación teléfonica sostenida por el propio Pompeo con el Ministro de Relaciones Exteriores, Rodolfo Solano, a inicios de semana.
Por medio de un comunicado el vocero del Departamento de Estado, Cale Brown, confirmó que la cita había servido para revisar las relaciones entre ambos países, la lucha contra el narcotráfico y la admisión de Costa Rica a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
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Brown dijo además que se conversó sobre la elección de la próxima presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) -en la que participará la exmandataria Laura Chinchilla contra Mauricio Claver, candidato del gobierno del Donald Trump-, así como sobre “las promesas vacías de la República Popular de China a Centroamérica”.
Por medio de un escueto comunicado, la Cancillería confirmó la cita y sin hacer alusión al tema chino, insistió en que se trataron temas de cooperación y de la agenda post-pandemia.
Préstamos chinos para vacunas
Las advertencias estadounidenses llegan una semana después de que el régimen chino ofreciera a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) un préstamo por $1.000 millones para vacunas contra el coronavirus si llegan a descubrirse.
La oferta se presentó en una sesión virtual el jueves anterior en la cual también partició el ministro Solano junto a sus homólogos México, Argentina, Colombia, Chile, República Dominicana, Cuba, Ecuador, Panamá, Perú, Uruguay y algunas naciones caribeñas.
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En ese momento, el país expuso otros proyectos relativos a salud y economía en los que buscó el apoyo asiático.
Relación bajo vigilancia
Como lo dio a conocer El Observador el mes anterior, la propia embajada costarricense en Washington había alertado al Gobierno un posible distanciamiento con América del Norte que podría tener repercusiones incluso en la cooperación.
El informe, cuya existencia fue ratificada por la Cancillería sin profundizar en el mismo alegando que se trataba de un documento confidencial, alertaba que la gestión política de la administración de Carlos Alvarado podía tener actos que desgastaban la relación con un aliado tradicional como Estados Unidos.
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Entre otros temas, la propia oficina diplomática llamaba la atención por las relaciones expuestas por Costa Rica con la Organización Mundial de la Salud (OMS) -de la que Estados Unidos llegó a retirarse por su manejo de la pandemia- y con el director general de la misma, Tedros Ghebreyesus, a quien el presidente Alvarado llama “hermano” en redes sociales.
