Lente Mundial

“Están peor que los nazis”: familia israelí cuenta cómo sobrevivieron con terroristas en su casa

Un solo elemento basta para dimensionar los riesgos a los que está expuesta la población civil en Israel: al construir…

Por Tomás Gómez

Tiempo de Lectura: 3 minutos
“Están peor que los nazis”: familia israelí  cuenta cómo sobrevivieron con terroristas en su casa
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Un solo elemento basta para dimensionar los riesgos a los que está expuesta la población civil en Israel: al construir cada casa se debe apartar un espacio para un “cuarto-refugio”, reforzado y de concreto, donde poder estar durante los ataques de misiles que llegan del exterior.

Fue en un espacio de esos donde David y Denise pasaron casi tres días desde el amanecer del sábado 7 de octubre, cuando el grupo terrorista Hamas inició su más reciente ola de ataques.

Tres días suenan poco tiempo, pero se vuelven pesadilla al recordar que en pocas horas se fue la electricidad, no había comida, se escuchaba a los terroristas caminar en el patio y no había la más remota posibilidad de comunicación con el exterior.

Esta es la historia de esta pareja que vivía a menos de 2 kilómetros de la Franja de Gaza y ahora visita algunos países de Centroamérica para narrar lo que atravesaron.

Aunque los acontecimientos suenan lejanos apenas han pasado 2 meses del viernes de fiesta cuando se despidieron de sus vecinos para luego salir de su bunker a un mundo que había cambiado por completo:

Cuando todo estaba normal

El ataque de Hamas ha sido simbólico en varios sentidos, incluyendo que la comunidad jurdía estaba en una de sus fiestas religiosas.

“Es una época alegre, bonita. Es también otoño, termina el verano, empiezan las lluvias, Todos los años es bonito”, cuenta David.

En ese contexto hubo celebraciones en el Kibutz Kissufim, que en cuestión de horas fue tomado por los terroristas.

Las horas más complicadas

El conflicto en Medio Oriente ha hecho que para la población de Israel sea normal convivir con las alarmas y los riesgos de misiles. La mañana que empezó el ataque, sin embargo, las cosas fueron diferentes según lo anunciaron las lluvias de balas de los terroristas.

Lejos de los disparos de cohetes a distancia esta vez la presencia era directa y sin filtros.

“A ellos no les importaba nada de lo que estaba en este lado, de nuestro lado. Vinieron a matar por matar.”, cuenta David, que detalla que incluso mataron a musulmanes palestinos que trabajan en las fincas.

En su comunidad llegaron a andar por los jardines y fue ahí cuando la pareja tuvo que correr a tomar medidas de protección. David escondió los cuchillos que podrían servir como armas y Denise vigilaba. Cuando vio a tres de los invasores fue el último momento antes de pasar al encierro.

Fue cuestión de minutos para no sentirse seguros ni en ese espacio.

Al principio hubo algo de luz con candelas que antes eran de decoración y con un abanico de batería. Con el paso de las horas se desconectó la red de celulares, dependiendo solo del wifi de la casa. En cuestión de horas se fue la luz y empezó la peor parte:

Cuando los dieron por secuestrados

Las casi 72 horas de encierro fueron complicándose conforme la falta de comunicación se agravaba,

Por un lado la táctica terrorista era de la grabar todo y atemorizar con lo que pasaba en otros lugares.

Ese fue uno de los elementos más duros para la pareja, por como se iban viendo detalles de la violencia.

“Están peor que los nazis. Los nazis no quierían mostrar lo que están haciendo. Ellos vinieron y mostraron la maldad de lo que están haciendo, hay evidencias”, contó el hombre.

Dado que no había respuesta de Denis y David. la familia los puso en el grupo de posibles secuestrados.

“En pleno Siglo XXI y no poder comunicarse. Tenemos el Iphone, tenemos los celulares y cero comunicación con el mundo, lo que nos quedaba es rezar y pedir que no lleguen”, recuerda David.

Nadie sabía que ellos seguían ahí hasta que tres días después se aseguraron que habían soldados de su país que los ayudaron a salir.

Volver, ¿adónde?

Poder salir implicó para David y Denise tener que irse a un hotel donde otros sobrevivientes de su kibutz residen ahora.

Tras los tres días de encierro el exterior ya había cambiado. Vecinos habían muerto y en su ruta de escape toparon con más muestras de destrucción.

Contra el terrorismo, aseguran, un arma clave es seguir viviendo.

“Así cómo hay héroes que murieron tratando de salvar gente del kibutz también hay héroes que estamos ahorita mismo trabajando y siguiendo adelante con la situación”, describe Denis.

La estancia en el hotel, esperan, debería ser temporal para poder reconstruir el kibutz donde todo estaba bien la noche antes del ataque.

Asi lo rememora ella:

“Pensar que el viernes abrazamos y nos despedimos y dijimos buenas noches a muchas personas y que el sábado estábamos encerrados en un lugar sin saber absolutamente nada de ninguna de las personas que nos despedimos. Y el que lunes cuando salimos y llegamos al hotel dones estamos refugiados nos dicen tal persona o tal persona ya no está”….