Tomás Gómez
(Washington D.C.). Todo el poder que se respira en la capital de Estados Unidos convierte sus calles también en un punto donde los más diversos grupos buscarán alzar su voz para rechazar (muchas veces) o apoyar (pocas veces) las políticas que surjan de ahí.
Los días de la cumbre de la Alianza para la Prosperidad Económica de las Américas (APEP), el jueves y viernes, fueron una muestra ideal de esa costumbre. Las manifestaciones suelen transcurrir en calma.
La reunión de alto nivel reunió a presidentes de 10 países, incluyendo al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y Rodrigo Chaves de Costa Rica.
El jueves pasado en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), por ejemplo, un grupo de peruanos dio la bienvenida a la presidenta de su país, Dina Boluarte, al ritmo de consignas en su contra.
Los manifestantes le reprochaban la represión de los movimientos sociales en su país hace casi un año, cuando se detuvo al entonces mandatario Pedro Castillo. Esos movimientos se replicaron a pequeña escala en Washington.
El otro lado de la Casa Blanca
Aunque en las fotos de la Casa Blanca muestran su lado más bonito y ordenado, basta con cruzan una calle para toparse con un puesto permanente de protestas que lleva décadas en el parque frente de la sede del gobierno de Estados Unidos y residencia del presidente de turno.
Banderas de diferentes países están ahí, acompañadas de carteles que dan contexto a las coyunturas actuales.
Presos políticos, desigualdad social y cambio climático estaban en ese variado menú.
(Tomás Gómez / El Observador)
(Tomás Gómez / El Observador)
(Tomás Gómez / El Observador)
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A pocos pasos de ahí, otra persona activista se plantó para pedir una reflexión por la guerra de Ucrania y los niños.
(Tomás Gómez / El Observador)
En frente. una pareja optó por el baile para dejarle su mensaje a Joe Biden.
Por Vietnam y Medio Oriente
Quienes también estuvieron en las calles de Washington en los últimos días fueron el grupo Montagnard y las personas opuestas al conflicto en Medio Oriente.
El primero proviene de las zonas montañosas de Vietnam y pide protección de sus tierras como grupo indígena.
En el caso del conflicto entre Israel y Hamás, las muestras eran más esporádicas e individuales, pero siempre con las consignas para intentar dejar su mensaje en Washington.
El mensaje es el cese al fuego en Gaza por parte de los israelíes, acciones que apoya Biden.
(Tomás Gómez / El Observador)
(Tomás Gómez / El Observador)
Para el sábado, los grupos críticos con la gestión de Estados Unidos y su apoyo a Israel organizaron un movimiento mucho más amplio. La marcha salió de los alrededores de Franklin Park, en la capital estadounidense, y tenía como objetivo dirigirse hacia las instituciones de Gobierno.
(Tomás Gómez / El Observador)
(Tomás Gómez / El Observador)
