Hermes Solano
En 2013, Javier Delgado estuvo muy cerca de hacer historia con Cartaginés y que le hicieran una estatua en la Vieja Metrópoli.
Hoy, nueve años después, Geiner Segura dio ese paso y desde el banquillo se convirtió en el artífice de un momento histórico: hacer campeón a un equipo luego de 81 años de sequía.
¿Le harán una estatua al entrenador? Segura inscribió su nombre con letras de oro en la historia del cuadro blanquiazul y los aficionados lo consideran un héroe.
“Una bendición, esto es para todo el grupo de trabajo”, dijo el entrenador.
Geiner estuvo cerca de ser destituido una vez que se acabó la primera fase. Con el equipo clasificado, la dirigencia, especialmente el presidente Leonardo Vargas se mostró molesto con el cierre del equipo y puso en duda la continuidad.
Sin embargo, al final Segura se quedó y le llevaron a Mauricio Wright como asistente técnico.
“Lo terminamos con Mauricio Wright que me ayudó muchísimo”, reconoció el entrenador.
“Pasaron muchas cosas por mi mente en aquel momento, pero hay una persona que siempre me ayuda a tomar decisiones, que es mi esposa y gracias a ella seguimos fuertes”, añadió, recordando aquel momento.
Segura no ocultó su felicidad y dijo que nunca ha perdido una final.
“Estoy muy feliz porque el proceso fue duro, pero lo aguantamos con mucha energía, agarrados de la mano de Dios y hoy somos campeones”.
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La voz del capitán
Por su parte, Allen Guevara, el capitán del cuadro brumoso, se mostró sentido con el título y aseguró que son privilegiados por lo logrado.
Muchos jugadores han pasado por la institución brumosa quedándose con las ganas de trascender, este grupo de jugadores entró en la historia del fútbol nacional con el título.
“Para cualquier jugador es lo máximo, somos los privilegiados por levantar esta copa”, indicó Guevara, quien tiene pasado liguista, equipo con el que también fue campeón.
“Tengo un sentimiento porque es en este estadio donde pasé muchas alegrías, pero tengo que disfrutarlo, porque defiendo a Cartaginés y me han dado mucho”, añadió el volante, a quien le tocó levantar el trofeo.
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