Blog
Carlos Peña para El Observador
Desde los principios de la existencia del sistema bancario siempre se nos ha vendido la idea de que dicho sistema lo que hace es garantizar la custodia garantizada de los ahorros del público y suponía ser una herramienta para la colocación correcta de los recursos financieros de la sociedad.
Si bien en principio lo anterior suena bien pareciera que conforme han pasado las décadas, en especial desde los principios de este mileno la conceptualización de la banca como ese ente de intermediación para la localización de fondos financieros se ha desvirtuado.
Quedó en mayor evidencia lo anterior después de la crisis del 2008 pero en especial atención al comportamiento de las bolsas de valores durante la actual crisis sanitaria global a razón del COVID-19.
Los bancos en las últimas décadas han pasado de ser entes de intermediación de fondos entre ahorrantes y personas que necesitan fondos, a ser inversionistas y especuladores con fondos ajenos, especialmente en el caso de mercados desarrollados europeos y americanos.
Además, tomemos en cuenta que las bolsas de valores pasaron de ser lugares de encuentro para inversionistas que buscaban generar valor por medio de inversiones que produjeran productos y servicios a pasar a ser meramente mercados especulativos.
El caso de una empresa de autos
Por ejemplo, una empresa de producción de vehículos eléctricos americana: su acción no deja de crecer al punto que es una de las empresas más valoradas en la bolsa de valores. Incluso, ha llegado a ser la empresa con el mayor valor de portafolio de valor de inversión del mundo. Y aún así es una empresa que no paga dividendos porque no genera rentas.
Esto es únicamente posible explicarlo por medio de la especulación. Los jugadores económicos del sistema lo que están haciendo es apostar prácticamente a ciegas por ciertas empresas. Esto con el fin de aumentar dicho precio al punto que puedan vender y transformar ese potencial en una riqueza certera.
El nuevo juego del mercado financiero no es la inversión para crear valor. Si no es una inversión especulativa con el fin de generar retornos astronómicos.
Evite caer en decisiones más especulativas
Si bien el mercado financiero siempre ha buscado el mayor retorno por inversiones, cosa que es el punto de invertir, pareciera ser que esa desesperación por aumentar rentabilidad está haciendo a los inversionistas caer en decisiones más especulativas, arriesgadas y volátiles.
Hace unos días estuvimos hablando sobre el comportamiento de GameStop y su valor en el mercado. Horas y días después del artículo la acción cayó a un décimo del valor del día que publicamos el artículo y hubo casos de personas que perdieron los ahorros de su vida en dicha mala inversión.
OBSERVE MÁS: Lecciones aprendidas del efecto GameStop
Volviendo al tema de los bancos estos deberían seguir enfocándose en la creación de valor social. Esto por medio de prestar el ahorro del público en ese mismo público.
Deberían dejar de enfocarse tanto en fondos de inversión que toman esos dineros para muchas veces entrar a inversiones especulativas.
¿Y los bancos?
Algunos detractores de más regulación señalan, con mucha razón, que más regulación son más costos operativos para los bancos que, al final, se traducen en costos para el cliente. Pero además fomentan la banca informal y acuerdos crediticios leoninos en ciertos casos por la imposibilidad de acceder a créditos bancarios tradicionales.
Esto último pareciera ser el caso de Costa Rica, ya que contamos con una banca que no le resuelve las necesidades de crédito a empresas pequeñas y a personas con actividades productivas argumentando que hay excesiva regulación.
Lo que ciertamente pasa en Costa Rica es una banca pequeña y manejada por pocas manos. Aquí se le presta dinero únicamente a grandes amigos de los círculos sociales restringidos dejando por fuera a personas que les urge y necesitan recursos financieros para crear valor y riqueza.
La riqueza se está concentrando por culpa, en parte, a un sistema bancario que no cumple su objetivo original, trasladar recursos de manos ahorrantes a manos de demandantes de recursos.
Corregir esto conllevará un trabajo importante de mejora regulatoria y de voluntad corporativa para ampliar la base de colocación y la cantidad colocada.
Blog
