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La profunda división que causa la guerra en Gaza entre los demócratas en EE.UU. y el impacto en la popularidad de Biden

La guerra entre Israel y Hamás ha situado al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en una posición extremadamente difícil.

La profunda división que causa la guerra en Gaza entre los demócratas en EE.UU. y el impacto en la popularidad de Biden
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Cuando el pasado 7 de octubre milicianos de Hamás asesinaron a unas 1.400 personas y secuestraron a más de 230 en un ataque masivo a Israel, Biden ofreció su apoyo incondicional al país.

“Estados Unidos apoya a Israel. Nunca dejaremos de respaldarlos“, declaró.

La respuesta era previsible y nadie cuestionó que Washington cerrara filas con su aliado histórico tras una masacre contra la población civil perpetrada por Hamás, grupo considerado terrorista en gran parte de Occidente.

Sin embargo, las cosas han cambiado desde entonces.

La contundente respuesta de Israel, con ataques aéreos y operaciones en tierra, causó la muerte de más de 10.000 personas en Gaza, según autoridades de este territorio palestino controlado por Hamás.

A medida que aumenta la cifra de fallecidos y las duras imágenes de la guerra invaden las redes sociales también aumenta la presión sobre Biden, no solo desde la diplomacia internacional sino también dentro de su partido y entre sus votantes.

Miles de personas se manifestaron en Washington el pasado fin de semana para pedir un cese al fuego en Gaza. GETTY IMAGES

El fin de la unidad demócrata

Históricamente, tanto republicanos como demócratas veían con buenos ojos el apoyo de Estados Unidos a Israel en su conflicto con los palestinos.

Sin embargo, el panorama ha cambiado en los últimos años: mientras los republicanos mantienen una postura firme a favor de Israel, los sectores más a la izquierda en el Partido Demócrata se han ido adhiriendo a la causa palestina.

“Durante las últimas dos décadas el apoyo a los palestinos ha crecido en las universidades estadounidenses y entre las nuevas generaciones”, le dice a BBC Mundo la analista política estadounidense Hadeel Oueis, especialista en Medio Oriente.

Esto ha calado dentro del propio Partido Demócrata, que hoy está dividido entre quienes exigen una defensa firme de Israel y aquellos que reclaman acciones por parte del gobierno estadounidense para forzar a su aliado a aceptar un cese el fuego o, al menos, una pausa humanitaria.

“El apoyo de Biden a Israel no cuenta con el respaldo de los sectores progresistas en el Congreso”, indica Oueis.

La oposición interna se hizo evidente cuando la congresista demócrata Rashida Tlaib, de origen palestino, acusó recientemente al mandatario estadounidense de apoyar un “genocidio” en Gaza, lo que provocó un gran revuelo en el partido.

Este martes, la Cámara de Representantes de Estados Unidos votó a favor de censurar a Tlaib por a sus críticas a Israel.

La resolución fue aprobada por la Cámara en con el apoyo de los republicanos y de 22 representantes demócratas.

Rashida Tlaib, congresista demócrata por Michigan, es la única miembro de la Cámara de origen palestino. GETTY IMAGES

Oposición en las calles

Miles de personas se manifestaron el pasado sábado en Washington DC para exigir un cese el fuego en la Franja de Gaza.

Provistos de banderas palestinas, los manifestantes corearon lemas como “¡Palestina libre!” y “¡Alto al fuego ya!”.

Entre ellos había desde simpatizantes de la causa palestina y judíos antisionistas hasta defensores de los derechos de los afroaestadounidenses, de las personas LGTBIQ+ y del medio ambiente.

Estos colectivos representan a millones de estadounidenses, la mayoría potenciales votantes demócratas en las elecciones presidenciales. Ahora muchos de ellos están comenzando a dar la espalda al inquilino de la Casa Blanca y potencial aspirante a la reelección.

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Desde el inicio del conflicto la aprobación de Biden entre sus propios partidarios cayó 11 puntos, del 86% al 75%, según una encuesta de Gallup publicada el 26 de octubre.

Muchos atribuyen este descenso a la decepción de muchos demócratas con la postura del presidente, y de su gobierno, hacia Israel.

Estados Unidos bloqueó en el Consejo de Seguridad de la ONU una resolución para un alto el fuego en Gaza por razones humanitarias al inicio del conflicto. Además, Biden solicitó al Congreso aprobar un paquete multimillonario de ayudas por US$14.000 millones para su socio en Medio Oriente, que recibe de Washington armamento de última tecnología.

Y, si bien el presidente estadounidense ha pedido a Israel que actúe con moderación y trate de minimizar las pérdidas humanas, e incluso se pronunció a favor de una “pausa” humanitaria, lo cierto es que nunca le ha exigido oficialmente que declare un cese al fuego.

La importancia del voto árabe

Si entre los progresistas en general el apoyo a Biden ha caído, esto es mucho más claro entre los estadounidenses musulmanes o de origen árabe.

Solo el 17% de personas de este colectivo lo apoya, un descenso en picado desde el 59% de respaldo que le brindaba esa comunidad en 2020, según una encuesta del Instituto Árabe Americano (AAI por sus siglas en inglés).

“Este es uno de los primeros resultados de la política de Biden en Gaza”, afirma la analista Hadeel Oueis.

La comunidad musulmana y árabe cada vez tiene más peso político en EE.UU. GETTY IMAGES

A solo un año de las elecciones presidenciales de noviembre de 2024, en las que prácticamente se da por hecho que el actual mandatario aspirará a la reelección, en su partido se están encendiendo las alarmas.

Especialmente tras publicarse el pasado domingo otra encuesta de The New York Times y Siena Poll según la cual Donald Trump, hoy favorito entre los posibles candidatos republicanos, aventajaría a Biden en Nevada, Georgia, Arizona, Michigan y Pensilvania.

Estos cinco estados se consideran “bisagra”, ya que ambos partidos tienen posibilidades reales de ganar, por lo que son clave a la hora de decidir quien será el próximo presidente de EE.UU.

“Es muy posible que la actual guerra de Gaza devuelva a Trump a la Casa Blancaporque muchas minorías, incluidos los árabes, se negarán a votar por Biden”, opina Oueis.

En Michigan, de unos 10 millones de habitantes, unos 8,2 millones tienen derecho a voto y de ellos 200.000 son musulmanes, incluyendo a la congresista electa a la Cámara de Representantes por el circuito 12, Rashida Tlaib.

La BBC habló con algunos miembros de este colectivo, que expresaron su indignación hacia Biden por su postura que consideran pro Israel.

“Necesitamos un alto el fuego inmediato. Si las elecciones se celebraran hoy, él no obtendría el voto árabe“, declaró Sam Baydoun, un funcionario local adscrito al Partido Demócrata.

“¿Cómo podemos votar por el presidente viendo estas atrocidades en la televisión en vivo, y siendo él quien lo permite enviando más armas?”, agregó.

La encrucijada de Biden

Biden expresó su respaldo al presidente israelí Benjamin Netanyahu en Tel Aviv el 18 de octubre. GETTY IMAGES

Como respuesta a este clima de división dentro del Partido Demócrata y el alejamiento de las comunidades de origen árabe, la administración Biden anunció una estrategia nacional para combatir la islamofobia, similar a un plan contra el antisemitismo aprobado con anterioridad.

Además, el presidente esgrimió en su defensa el ser partidario de una solución de dos Estados para el conflicto entre Israel y Palestina, así como los esfuerzos diplomáticos de su gobierno para asegurar la liberación de rehenes y facilitar la ayuda humanitaria en Gaza.

Y este martes su canciller, Antony Blinken, expresó públicamente que EE.UU. no apoya una “reocupación” israelí de la Franja de Gaza cuando acabe el conflicto.

“Biden enfrenta situaciones muy difíciles en la guerra de Gaza: no quiere mostrar un apoyo débil a Israel porque eso dañaría las relaciones con este país socio e indicaría que la capacidad de Estados Unidos para apoyar a sus aliados está disminuyendo, lo que beneficia a Rusia y la creciente influencia de China en el Medio Oriente”, explica la analista consultada por BBC Mundo.

Expertos coinciden en que es pronto para evaluar la influencia de la guerra en Gaza sobre el apoyo a Biden en las próximas elecciones presidenciales, cuyos candidatos ni siquiera se han confirmado aún y en las que, a la hora de votar, los estadounidenses tomarán más en cuenta la economía y otros asuntos de política interna.

Sin embargo, el considerable efecto que en pocas semanas parece haber ejercido el conflicto, su capacidad de generar división y la posibilidad de que se alargue más de lo esperado son variables que preocupan, y mucho, al presidente y a sus partidarios.