Sergio Arce
“Los extrañamos queridos clientes”. Con esta frase, el restaurante Faisán Dorado -ubicado en La Uruca y ahora en Belén- hace un llamado a los clientes para que regresen a disfrutar de sus platillos.
Esto ocurre luego de que trascendió, la semana pasada, el hallazgo en unas bodegas de San José de roedores congelados junto a carne de res, pollo y pescado.
Este descubrimiento por parte de Fuerza Pública ocurrió en un negocio administrado por un ciudadano de origen oriental.
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A raíz de este hecho, la Asociación China de Costa Rica indicó a canal 7 que los diferentes restaurantes de comida oriental reportan una caída superior al 70% en las ventas.
Caída en ventas
Uno de los negocios afectados es el Faisán Dorado, que abrió sus puertas hace más de 30 años en las cercanías de la fabrica de galletas Pozuelo en La Uruca.
En un posteo en sus redes sociales, sus responsables aseguran que dicho incidente genera una “desafortunada generalización” sobre la cocina oriental.
“Injustamente hemos sentido sus repercusiones en nuestro negocio, al percibir la ausencia de gran parte de ustedes, nuestros clientes, que conforman la gran familia del Faisán Dorado”, reza parte del posteo.
El negocio asegura que los dos restaurantes de este emprendimiento familiar “cuentan con todos los permisos de funcionamiento al día”.
También con los “protocolos de salud e higiene y nuestros ingredientes provienen de proveedores nacionales avalados por el Ministerio de salud y de nuestros estimados agricultores.
Adicionalmente, sus responsables agregaron que no arriesgarían el sustento de más de 10 familias, que dependen de la operación exitosa de ambos restaurantes.
“Por su lealtad, los invitamos a pasar por alguno de nuestros locales. Y recibir una regalía de un 15% de descuento en su compra al mencionar esta publicación. Recuerden: Coman tranquilos que en el Faisán Dorado.
Lamentable antecedente
Este hecho recuerda uno ocurrido en 1999 cuando las autoridades sanitarias y de Fuerza Pública intervinieron en un restaurante en Cartago.
Allí los inspectores encontraron que los alimentos eran preparados con carne de ratón y de rata.
“Nos encontramos ratones y ratas en mantequilla de ajo, debidamente preparados, sin piel, decapitados y en salsa”. Así lo detalló en aquel entonces al diario La Nación Johnny Alfaro Morales, quien fungía como jefe de servicios de Salud de la Región Central Este.
Por el hecho clausuraron el negocio, pero además se generó una aversión por parte de la población contra los negocios de comida oriental.
El incidente llevó, incluso, al presidente de la República de aquella época, Miguel Ángel Rodríguez, a aparecer ante los medios de comunicación.
Él fue captado degustando platillos de la gastronomía oriental en el restaurante King’s Garden, en La Sabana.
Lo hizo como un voto de apoyo a la comunidad china en el país, que sufrió un bajonazo en la visitación en sus restaurantes.
