Lente Mundial

Luno salió de la perrera en Madrid donde estuvo nueve meses encerrado, pero dueña lo sacó de España para “reingresarlo”

Después de casi nueve meses encerrado en una perrera en Madrid, Luno logró su libertad, pero de manera condicionada. Las…

Por Sergio Arce

Tiempo de Lectura: 4 minutos
Luno salió de la perrera en Madrid donde estuvo nueve meses encerrado, pero dueña lo sacó de España para “reingresarlo”
Facebook Twitter Whatsapp Telegram

Después de casi nueve meses encerrado en una perrera en Madrid, Luno logró su libertad, pero de manera condicionada.

Las autoridades capitalinas aceptaron soltar al animalito, pese a decenas y decenas de campañas y peticiones en redes sociales. Pero su dueña, Andrea Torres, lo tuvo que sacar de España y llevarlo a otro país.

Una vez fuera de esta nación europea debe realizar un engorroso papeleo para acreditar que el animalito está sano (con el chip incluido) y, ahora así, regresar a España.

Y cuando esté de vuelta en este país, Luno debe estar en una cuarentena, pero ya en la casa, no en la perrera.

Hasta Ecuador

Andrea no tuvo más remedio que sacar a Luno de España y llevarlo hasta Ecuador, su tierra natal. Allí llegó días atrás a casa de unos familiares y ahora corre para obtener certificados sanitarios (pruebas serológicas) y el chip (con el esquema de vacunación).

La ausencia de este chip se convirtió en marzo pasado en la justificación de las autoridades españolas para no permitirle la entrada a Luno -procedente de un vuelo desde Costa Rica- y enclaustrarlo a la perrera.

Para la dueña de este perrito este último episodio representa un desgaste emocional, pero también una inversión de dinero que no le sobra.

Y es que ella ha perdido varios empleos, entre ellos uno en Francia. Andrea no vive en la capital española sino en un poblado a cuatro horas de distancia.

Cada viaje ha representado una erogación importante, pero también permisos de trabajo o patronos que no le han dado el tiempo para que ella visitara a Luno.

Por ahora, ella no sale de su felicidad porque al fin tiene a su mascota, sano, lejos de aquel perrito que a su llegada a España -en marzo- sufrió una herida en la cabeza en el aeropuerto y no hubo mayor explicación oficial.

OBSERVE MÁS: Luno cumple 6 meses encerrado en perrera de Madrid; dueña no descansa en lograr liberación de mascota

Mientras tanto, en España circulan mensajes y hasta videos en redes sociales como Twitter o TikTok que denuncian la más reciente acción contra Luno. Se habla de “expulsado” y hasta “desterrado”.

Cadena de errores

El encierro de Luno es precedido por una cadena de errores que Andrea confesó lamentar en marzo pasado.

Ella le contó a este medio en aquel entonces que creyó en las indicaciones que le dieron en los diferentes lugares previos al aterrizaje en Madrid en marzo.

Meses atrás, El Observador conversó con una integrante de Asociación para la Gestión Ética y Responsable de Animales Abandonados en España. Y esto explicó:

Nicaragua: el primer error

El primero se dio en Nicaragua, país donde Andrea se encontraba con su mascota en compañía de su pareja, quien nació en este país centroamericana.

La mujer -quien es ciudadana española- hizo sus gestiones de viaje con una agencia.

De acuerdo con lo que Andrea le expresó a Ageraa, en la agencia nunca le advirtieron sobre los requisitos establecidos en la legislación europea para el ingreso de mascotas.

La única indicación que la agencia le dio fue que acudiera a la entidad sanitaria responsable (el IPSA, Instituto de Protección y Sanidad Agropecuaria) para que la guiaran.

Una vez allí el IPSA le entregó un documento que únicamente indica que Luno tenía permiso para salir de Nicaragua y viajar a España.

Olivera es enfática en subrayar que este organismo estatal tenía la responsabilidad de indicarle a Andrea Torres que Luno necesitaba viajar con un microchip instalado en su cuerpo (con datos de identificación).

Pero además se le debía realizar un test serológico (para descartar la existencia de la rabia) en un laboratorio autorizado y también debía estar vacunado contra esta enfermedad.

Costa Rica: el segundo error

Como no hay vuelos directos entre Managua y Madrid, Andrea viajó a Costa Rica para tomar el vuelo desde el aeropuerto Juan Santamaría hasta la terminal Adolfo Suárez Madrid-Barajas.

El segundo error se dio en suelo costarricense, puesto que aquí nunca se cercioraron de que Luno cumplía con los requisitos para viajar a tierras europeas.

Ella y su mascota solo presentaron el documento emitido en Managua y abordaron sin problemas. Nunca se les pidió ni la lectura del microchip ni la prueba serológica.

“Quiero que se le haga eco al hecho de que los responsables (líneas aéreas y funcionarios de salud animal) deben vigilar los protocolos para que casos como el de Luno se vuelvan a repetir.

“La documentación debe revisarse muy bien. Es importante evitar que más animales pasen el calvario que vive Luno”, expresó la agencia a este medio.

España: tercer error

Una vez en España, Andrea recibe la noticia de que su mascota no solo no puede ingresar a suelo ibérico. Si no que debe ser recluido en una perrera mientras se definía su futuro: o lo envían de vuelta al país de origen o lo sacrificaban.

Sin embargo, a ella nunca se le explicó una tercera medida que la legislación europea también contempla: la cuarentena por un plazo no mayor a los tres meses mientras el animalito cumple con los requisitos.

“Andrea se encuentra ante una situación de absoluta injusticia, sin ser conocedora de la normativa española en materia de derechos de animales.
“Hay una vía abierta ante el Tribunal, que es una vía expedita ante la posible vulneración de derechos constitucionales. Se trata del derecho a la aplicación de la norma en igualdad.
“Aquí se está aplicando la ley con cierta discriminación por el país de origen del que provino Andrea”, aseguró Ageraa.