Sergio Arce
Los vecinos de San Ramón externaron su malestar con la parroquia local por la suspensión del tradicional desfile de boyeros.
Por su parte, la Curia Diocesana de Alajuela defendió la decisión adoptada por los sacerdotes de la parroquia de San Ramón.
El desfile de boyeros formaba parte de las actividades de celebración para San Ramón Nonato, que tienen lugar a partir del 22 de agosto.
Sin embargo, con motivo de la pandemia los festejos se suspendieron y se retomarán este año, pero con la exclusión de los boyeros.
El enojo
En una carta enviada el pasado 29 de junio, el Comité de Boyeros externó su “disconformidad” por la decisión adoptada por los sacerdotes.
Hasta el momento los integrantes de este grupo desconocen las razones para que no se tomara en cuenta esta tradición dentro de los festejos patronales.
“Los miembros del Comité de Boyeros siempre hemos estado en la mejor disposición de retomar después de la pandemia esta tradición.
“Peor debido a la apatía que han presentado los jerarcas que dirigen nuestro templo con respecto al desfile, nos retiramos de este evento.
“Y lo expresamos así debido a que no se ha realizado ni una sola reunión con dicho comité”, indica la misiva.
En la carta, los representantes de este grupo agregan que han trabajado por más de tres décadas para realizar esta actividad.
Al mismo tiempo, agradecieron a los pobladores y comercio del cantón por el apoyo a lo largo de 30 años.
Los vecinos reaccionaron molestos en redes sociales con comentarios como los siguientes:
Por Dios. Esta gente se ha entregado. Por años le han dado a San Ramón uno de los mejores desfiles de boyeros y cuidado no el mejor del país.
Qué mal que estamos… ya se desearan tener muchas parroquias equipos de colaboradores con la experiencia, mística y compromiso como los miembros de estas comisiones. Ellos se han visto apartados y no tomadas en cuenta por el equipo sacerdotal.
La posición de la Iglesia católica
La Iglesia católica respaldó la medida adoptada por los curas en San Ramón con respecto al desfile de boyeros.
Así quedó patentado en una carta publicada por monseñor Bartolomé Puiges, obispo diocesano de Alajuela, el pasado 7 de este mes.
“El equipo sacerdotal que tienen en ese momento ha sido enviado por mí y tiene mi confianza para acompañar y guiar a la parroquia.
“Con las limitaciones propia de cada uno, me consta que han asumido con ilusión este encargo, que están dedicados a él y buscan en todo momento el bien de esa comunidad parroquial.
“Por ser un equipo renovado tiene sus propias ideas e iniciativas que, de modo general, comparte conmigo y con los organismos diocesanos competentes, después de haberlas consultado en los dos consejos de la parroquia.
“Los desacuerdos e incomprensiones que surgen entre nosotros son inevitables en todo grupo humano. Pero, en nuestro caso, como hermanos en Cristo, tenemos la referencia evangélica para afrontarlos.
“Ante todo el diálogo abierto, la buena disposición a escucharlos, ofrecer las clarificaciones necesarias; información directa que evite chismes y desinformación. Buena intención por parte de todos para crear un ambiente positivo y recuperar la unida”.
