Sergio Arce
La muerte de Matthew Perry, icónico integrante de Friends, no solo estremeció a sus amigos de la serie, sino a sus fans y demás allegados.
El actor apareció sin vida en la bañera de su casa el pasado 28 de este mes, a sus 54 años, habría dejado una fortuna estimada en $120 millones, de acuerdo con el sitio Celebrity Net Worth.
Esa cantidad de dinero se logró gracias a los $90 millones que ganó durante los 10 años que la producción de NBC estuvo al aire. Lo demás llegó gracias a regalías (entre $10 y $20 millones), campañas publicitarias y otras actuaciones.
Igualmente, se cree que Perry destinó cerca de $10 millones en tratamientos especializados contra sus adicciones a las drogas y al consumo de licor.
Prueba de ello ocurrió en el 2002 durante la cinta Serving Sara (traducida como “Infielmente casada” o “Colgado de Sara”).
Según él mismo confesó en sus memorias -que lanzó el año pasado- durante el rodaje de ese filme bebía una botella de un litro de vodka cada día, además de consumir opioides.
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De hecho, el libro llamado Friends, Lovers, and the Big Terrible Thing: A Memoir (Amigos, amantes y la terrible gran cosa: Memorias) se convirtió en best seller, gracias a las numerosas ventas en Amazon y The New York Times.
¿Y a quién se les destinaría el dinero?
Medios de prensa estadounidense apuntan a que posiblemente el dinero lo recibirán sus familiares, especialmente una de sus hermanas.
Perry no se casó ni tuvo hijos, por lo que el dinero se lo podrían repartir:
- Suzzanne Langdon: su madre
- Mia Perry: media hermana (hija de su papá John Bennett Perry con su esposa Debbie)
- Caitlin, Emily, Willy y Madeleine Morris: hijas de Langdon con Keith Morris
Con Mia solía tener una relación muy cercana, tanto que ella lo acompañó a algunos de sus tratamientos.
En el caso de sus restantes medios hermanos, esto escribió Matthew en sus memorias:
“Tenía 10 años cuando Caitlin nació. Luego vino Emily, luego Will y, finalmente, Madeline.
“Me encantaba jugar con ellos y cuidarlos. No hay nada mejor en la faz de la tierra que la risa de un niño. Los quería, nos llevábamos bien. Tenía una familia, pero no podía evitar pensar que yo no era, realmente, parte de ella. Era la familia de mi madre y de Keith”.
Por ahora se desconoce si el actor dejó un testamento en el que se establezcan los términos y condiciones del uso de su fortuna.
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