Tomás Gómez
Hay muchas diferencias entre los juicios a los adultos y los que se hacen a menores de edad en Costa Rica. Y una clave es que a los adolescentes difícilmente sus familias los acompañan.
El personal judicial describe el hecho como uno de los elementos que caracterizan este tipo de procesos, en los que las figuras recurrentes que suelen aparecer son las abuelas o las madres.
En otros, son maestras o profesores quienes llegan a hacer algún acompañamiento.
En caso de ser condenados a un internamiento (así es como llama en esta edad a la privación del libertad), la situación se puede agravar.
Costa Rica cuenta con un único centro especializado para estas personas, localizado en Heredia, lo que complica la visita desde puntos alejados del Valle Central.
Costa Rica cuenta con un único centro especializado en la atención de los menores en conflicto con la ley. Se trata de Zurquí, ubicado en Heredia (Presidencia)
Otro factor clave que se ha detectado en los casos es la penetración de las drogas.
Más del 95% de los delitos cometidos por menores se asocia al mundo de los estupefacientes.
Pero aparejado a ello se da también el consumo y el patrón en la estadística judicial recalca un 90% de penetración entre las personas juzgadas, con consumo al menos esporádico.
Más complicado para las mujeres
Las diferencias entre hombres y mujeres que se reflejan en otros ámbitos sociales llegan también en la justicia.
Aunque son minoría dentro de los procesos, son las que suelen completar de manera más extendida la sentencia.
A ello se suma que también la mayoría pasó por el embarazo adolescente y a la influencia de personas, sobre todo parejas, que también estuvieron en conflicto con la ley.
Muchas de las juzgadas por delitos graves están asociadas a acciones que hacían sus parejas, muchas veces mayores de edad, y que también resultaron condenadas.
El grupo, la presión y las opciones para los menores
Al analizar los posibles delitos que terminan protagonizando los menores de edad un elemento que se considera siempre es la participación de un grupo en su entorno.
En su comportamiento social, los adolescentes suelen moverse siempre en grupo y las normas hacen muchas calificaciones de delitos, según la cantidad de personas que participan en ellos. Aunque en otros países el criterio es a partir de tres personas, en Costa Rica la cifra es de dos.
La figura se conoce como "actuar en cuadrilla" y terminan generando un agravante de manera tácita.
Mientras en los delitos de adultos hay comúnmente toda una planeación, entre los menores muchas veces puede ocurrir que solo estén con otros que sí cometen la falta; y terminan por verse implicados.
A la hora de juzgar a los menores, eso sí, se insiste en que la privación de libertad (en este caso llamado internamiento) debe ser un último recurso.
Antes de ello se intentan ver más medidas de readaptación asociadas al estudio u otras opciones que van desde el acompañamiento hasta la estancia en casa.
El tema de la edad en los jóvenes
A nivel internacional la recomendación es juzgar a los menores a partir de los 14 o 15 años, pero en Costa Rica el límite está en los 12 años.
Según la edad, eso si, hay una escala de sanciones:
- Menores del 12 años: se consideran inimputables; como tal, no pueden ser juzgados.
- De 12 a 15 años: la privación de libertad (en estos casos se llama "internamiento") llega a un máximo de 10 años. En el proceso pueden acompañar los padres.
- De 15 a menos de 18 años: los internamientos suben a 15 años. Además, ya ahí dependerá del menor si quiere que sus padres lo puedan acompañar.
Estas son las estadísticas de comportamiento por edad de los menores que han terminado con una condenatoria:
