Hermes Solano
El segundo día de juicio contra el futbolista del Cartaginés, Marcel Hernández, se mantiene de forma privada debido a la declaración de la víctima.
La joven, que al momento de los hechos tenía 16 años y actualmente cuenta con 20, inició el jueves su declaración y este viernes está contestando preguntas de las partes.
Junto a ese testimonio, los mensajes por la aplicación Whatsapp que habrían intercambiado Marcel con la denunciante se volverían claves.
Así lo cree tanto el Ministerio Público como la defensa del jugador.
“Hay muy buena prueba, sobre todo la prueba documental que fue aportada, que son mensajes de texto que se intercambiaron entre las partes”, dijo la fiscal del caso Carolina Martínez.
“Creo que eso es un elemento muy importante para el Ministerio Público y las partes para poderlo concatenar y analizar en conjunto con la declaración de la víctima”, añadió.
Dictamen forense
Según el abogado de Marcel, Raymundo Pérez, ellos pidieron un dictamen forense a un perito para que analizara lo que ahí se decía y se determinara la naturaleza de la comunicación.
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“Tenemos prueba testimonial, unos dictámenes forenses que analizan unos mensajes de Whatsapp que son muy importantes para el debate”, dijo el abogado.
“Los mensajes están ahí y son comunicaciones espontáneas donde usted se da cuenta si son reales o hay detrás intimidación y temor”, indicó.
Según Pérez, los mensajes van a revelar lo que pasó.
El perito será el siguiente testigo en sentarse en el estrado, que podría ser este viernes por la tarde.
Lo que es un hecho es que el juicio no terminará este viernes, como inicialmente se estableció. El debate se extendería hasta la próxima semana.
Carolina Martínez, fiscal del caso (Hermes Solano)
La acusación
A Marcel se le acusa de cuatro delitos de violación y además una acusación subsidiaria por dos relaciones sexuales con menor de edad.
El primero es penado con cárcel de entre 10 y 16 años, mientras que el segundo de entre dos y tres años de prisión.
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Los hechos se remontan a agosto de 2018 cuando la denunciante tenía 16 años y el jugador del Cartaginés, con dos meses de vivir en Costa Rica, contaba con 29 años.
Según el Ministerio Público, la víctima no quiso interponer una acción civil resarcitoria, es decir, no están solicitando monto económico por los daños.
