AFP
(Roma). El ministro italiano de Relaciones Exteriores canceló este jueves una visita a París después de que el ministro del Interior francés criticara la política migratoria de Roma, desatando nuevas tensiones bilaterales por ese contencioso.
El ministro del Interior francés, Gérald Darmanin, afirmó en una entrevista radiofónica que la primera ministra italiana, la ultraderechista Giorgia Meloni, era “incapaz de resolver los problemas migratorios”.
Darmanin culpa a Italia de la gran afluencia a Francia de migrantes, y en particular de menores.
Sus declaraciones provocaron una reacción inmediata del canciller italiano, Antonio Tajani, quien anuló su viaje a Francia y calificó las palabras de Darmanin de “inaceptables”.
“No voy a viajar a París para la reunión programada con la ministra [de Exteriores, Catherine] Colonna”, sentenció.
“Este no es el espíritu con el que deben afrontarse los retos europeos comunes”, añadió.
En un intento de aliviar las tensiones, París afirmó poco después que esperaba que la reunión entre ambos ministros pudiera reprogramarse “pronto”. La cita debía celebrarse la tarde de este jueves.
“El gobierno francés desea trabajar con Italia para afrontar el reto común del rápido aumento de los flujos migratorios”, dijo la ministra francesa de Relaciones Exteriores en un comunicado.
Las relaciones con Italia “se basan en el respeto mutuo entre ambos países y sus dirigentes”, añadió.
“Sólo podremos tener éxito y ser eficaces mediante la concertación y un diálogo sereno”, continuó.
Presión migratoria al alza
En la entrevista radiofónica, Darmanin dijo que Italia estaba inmersa en una “crisis migratoria muy grave” y comparó Meloni con la líder de la ultraderecha francesa Marine Le Pen.
“Meloni, [líder del] gobierno de extrema derecha elegido por los amigos de Marine Le Pen [dirigente ultraderechista en Francia], es incapaz de resolver los problemas migratorios por los que fue elegida”, declaró.
“Sí, hay una afluencia de personas migrantes y en particular de menores” en el sur de Francia, reconoció el ministro del Interior, culpando a Italia, el país vecino.
No es la primera vez que el gobierno francés, liderado por el presidente centrista Emmanuel Macron, choca con Italia por el tema migratorio.
En noviembre, Meloni se negó a desembarcar los 230 migrantes rescatados por el barco Ocean Viking, de bandera francesa, lo que generó el primer choque entre ambos países.
París decidió finalmente acoger al barco humanitario, pero denunció el compartamiento “inaceptable” de Roma y suspendió la reubicación de 3.500 migrantes desde Italia.
Meloni, a su vez, tachó la reacción francesa de “agresiva” e “injustificada”.
Desde entonces, las relaciones entre ambos países habían mejorado. Macron incluso se reunió con su homóloga italiana en marzo en Bruselas.
Pero el tema migratorio sigue siendo un tema candente para el ejecutivo de Meloni, el más derechista del país desde la Segunda Guerra Mundial.
Su partido, Hermanos de Italia, prometió poner fin a los desembarcos de buques pertenecientes a oenegés a su territorio.
El número de migrantes que llega a las costas italianas, principalmente desde el Norte de África, ha aumentado considerablemente desde inicios de año.
Más de 42.000 personas llegaron a Italia desde el 1 de enero de 2023, casi cuatro veces más que en el mismo periodo de 2022, según el Ministerio del Interior italiano.
La primera ministra francesa, Élisabeth Borne, anunció en abril que iba a movilizar 150 policías adicionales para afrontar “la presión migratoria al alza en la frontera con Italia”.
