Paulo Villalobos
La frustración invade al ministro de Seguridad, Michael Soto, cada vez que sus oficiales detienen a un delincuente por la mañana, lo presentan ante los tribunales de justicia y por la tarde se lo vuelven a topar libre.
Este es un escenario común, por la falta de elementos probatorios o por los portillos que tiene la legislación penal.
“Yo ahora desde aquí (en la cartera y no en el Organismo de Investigación Judicial – OIJ), era lo que me preguntaban de los brazaletes electrónicos… yo creo que una persona que comete un delito, debe cumplir su pena.
La Policía Penitenciaria interviene en el módulo E4 de la cárcel conocida como La Reforma, en San Rafael de Alajuela. (Cortesía | Ministerio de Justicia y Paz)
“También, siendo yo el coordinador de la seguridad y que tiene que ver con el tema de justicia, sé que hay un problema de tipo penitenciario. Es como un globo que se te va inflando: detenés personas, dónde los metés. Ahora en una reunión en la mañana (del viernes), nos dijeron (en el Ministerio de Justicia y Paz) que van a haber mil y pico de campos el otro año y nosotros vamos a hacer lo posible por llenarlos rapidito.
“Yo quisiera que todos los malos estén en la cárcel para que esto (Costa Rica) sea un oasis de paz. Pero bueno, la realidad es otra. No es fácil. Yo tengo que ser consciente y decir que aún con bemoles en muchos lugares, hemos sentido mucho apoyo del Ministerio Público así como de algunos jueces”, aseveró el jerarca.
Los informes policiales del presente año arrojan cantidad más alta de personas detenidas, si se comparan con el registro previo.
Asimismo, durante el 2019 se tramitaron 2.154 flagrancias por delitos contra la propiedad, 692 por infracciones a la Ley de Armas y Explosivos y 449 por conducción temeraria.
De esos datos el Ministerio de Seguridad Pública (MSP) no ofreció comparativos.
La cantidad de extranjeros detenidos con un estatus migratorio irregular es otro de los elementos que creció en los últimos 12 meses, al registrarse 1.630, 443 casos más que en el 2018. Esto además implicó la deportación de 1.604 personas.
Disminución en delitos
En el presente año también se registraron bajas en las denuncias e investigaciones por delitos contra la vida y contra la propiedad.
De acuerdo con el ministro de Seguridad, Michael Soto, en el caso de los últimos se dio una baja de 6% en la cantidad de denuncias presentadas ante la Policía Judicial.
Ello representa unos 3.305 casos menos.
El titular destacó que los delitos contra la propiedad son los únicos en los cuales los cuerpos de socorro del Ministerio de Seguridad Pública puede incidir.
Lo anterior de, por ejemplo, un delito informático o una estafa.
Otro de los campos en los que se registró una disminución de casos, es en los homicidios.
De hecho, esta es el segundo año consecutivo en el que se logra bajar la cantidad luego de que en 2017 se registrara el año más sangriento en la historia del país.
Con la mejora en las cifras, Costa Rica bajó de nuevo la tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes, al punto que se situó -al 20 de diciembre de 2019- en 10,6.
Eso sí, la tasa que se obtuvo hasta el momento se mantiene por encima de 10 y, por ende, dicho tipo de muertes mantiene la condición de “epidemia”, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Por el momento también se refleja una disminución considerable en los feminicidios, que oscilan entre el 46% y el 50%.
Ello porque las estadísticas del Ministerio de Seguridad Pública no coinciden del todo con los del Observatorio de Violencia de Género contra las Mujeres y Acceso a la Justicia.
La cartera ya incluyó el caso de una menor de 14, en apariencia asesinada el 12 de diciembre por su pareja, quien luego se quitó la vida; mientras que el órgano de la Corte Suprema de Justicia está a la espera de que la Fiscalía Adjunta de Género lo califique como feminicidio. Actualmente, se está a la espera de que finalicen los informes periciales.
Los megaoperativos, en los que diferentes cuerpos policiales salen en horarios y días críticos de delincuencia, se comenzaron a implementar con la llegada de Michael Soto al Ministerio de Seguridad, en 2018. (Julieth Méndez | Casa Presidencial)
A criterio de Soto, la baja en los delitos tiene que ver con la coordinación entre las policías así como los poderes Ejecutivo y Judicial.
Esto ha permitido una mayor presencia de las instituciones en las calles, en los operativos, por ejemplo; con lo que se logra detener a personas con pendientes ante la justicia, decomisar armas, drogas y otros elementos que propician acciones delictivas.
Además, el ministro aseguró que la cantidad de armas de fuego incautadas durante el año también impactan en la baja de los homicidios, ya que 7 de cada 10 de muertes se provocan con un dispositivo de estos.
Paulo Villalobos
