Sergio Arce
Hace muchos años las casas y negocios aparecían con decoración navideña a finales de noviembre e inicios de diciembre. Pero con el tiempo esta tradición empezó a ganar tiempo y ahora es común ver girnaldas, coronas de ciprés y luces multicolores desde mediados de octubre.
Incluso, numerosos negocios como Universal presentaron desde finales de setiembre las diferentes tendencias en decoración y los colores predominantes para esa fecha.
Sí, las campañas de mercadeo resultan muy eficaces, porque el consumidor tiene más posibilidades de compra en vista de que cuenta con más tiempo para organizarse.
Pero también es cierto que hay factores que van más allá de la mera transacción comercial. O, incluso, que supera al hecho de que los negocios ahora se preparan con más antelación en vista de los problemas de suministros causados durante la pandemia.
Norman Solórzano, director del Instituto de Estudios Sociales en Población (Idespo) de la Universidad Nacional, esbozó algunas razones por las que llevan a muchos costarricenses a decorar sus casas desde mucho antes de diciembre.
Covid, inseguridad y pobreza
Solórzano apunta en primera instancia a un efecto post-covid 19. Él asegura que este momento complicado generó un sentimiento de incertidumbre entre la gente: dudas por la salud, por el trabajo, por el bienestar común.
De allí que cuando la gente comenzó a superar la pandemia, entonces optó por no perder tiempo, pero también para encontrar un espacio “sano” de encuentro con el espíritu navideño.
Con él coincide la psicóloga clínica Viviana García, quien asegura que la gente “abraza la esperanza” luego de meses acumulados de “cansancio, estrés y hasta presión social y económica, en especial después de la pandemia”.
“Estas personas sienten que, para llegar a final de año esto, adelantar la Navidad se vuelve como una manera de abrazar esperanza, una especie de combustible para llegar a diciembre.
“Habrá personas que tengan esta practica con más intensidad, que quieren conectarse con la ilusión, amor y de manera positiva”, esbozó García.
Por su parte, Solórzano indicó que otro elemento que explicaría este adelanto en la decoración navideña es la actual coyuntura de inseguridad.
“La realidad nacional, como la inseguridad y la pobreza, lleva a muchas personas a buscar elementos que le refieran a la solidaridad y paz. Se podría decir que es hasta una manera de evadir este contexto, es una defensa simbólica de su espacio”, argumentó el especialista de la UNA.
Actualmente, uno de cada cinco hogares en Costa Rica vive en condiciones de pobreza ( 390.509), según los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
En cuanto a la inseguridad, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) reportó el viernes pasado 786 homicidios en lo que va del año. Esto frente a los 543 del mismo lapso del 2022.
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Y quienes no quieren adelantar la Navidad
La psicóloga también aprovechó para mencionar a quienes no les gusta adelantar la Navidad.
La profesional manifestó que estas personas tienen diferentes motivos para no hacerlo:
- Nostalgia por una pérdida (la muerte de un allegado)
- Por la pérdida de trabajo y hay presión económica para regalar en diciembre.
- Porque se sienten asfixiados porque las decoraciones llegan poco después de la celebración de Independencia y antes de Halloween.
“A quien está en modo tamal que lo disfrute: es una época hermosa para llenarnos de esperanza y conectarnos con la vida. Qué importante es que prevalezca.
“Y a quienes, por la razón que sea, no quieren adelantarla pues que se den el permiso. Cada quien debe procesar las fechas, porque son emotivas o por nostalgia. Pero les digo que abracen ese sentimiento pero que no se aíslen y que busquen compartirlo para que la carga sea menos pesada”, concluyó.
