Tomás Gómez
Aunque gobiernos y empresas saben que el surgimiento del coronavirus COVID-19 es una amenaza clara para la economía en el plazo inmediato, hay también oportunidades para renovar los negocios y mantener vigencia.
En entrevista con El Observador, el analista Daniel Suchar detalló, en primer lugar, que aún no se puede hablar de una “recesión” sino de una desaceleración en la que algunos sectores como el turismo llevan consecuencias de peso pero otros sectores pueden aprovechar tanto para su oferta como a su método de trabajo.
Según el experto, las condiciones actuales dieron a las plataformas digitales el último empujón necesario para posicionarse en el mercado.
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Desde un nuevo estilo para reunirse u ofrecer servicios hasta un nuevo método de repartición forman parte de la digitalización mediante la cual los negocios captan nuevos clientes en tiempos de cuarentena y se preparan para la recuperación que vendrá después.
El menú es amplio y pasa por gimnasios que dan clases virtuales hasta pulperías que toman pedidos por la plataforma de WhatsApp para entregas a domicilio como una manera de seguir en contacto con sus clientes.
Suchar enfatizó que a Costa Rica el desafío de una industria 2.0 en medio de las dificultades la tomó un poco desprevenida y han debido acelerarse los ajustes para responder a las nuevas demandas.
En ello, según el analista, también surgen oportunidades de negocio en materia como capacitaciones para que aprovechar la nueva ola.
Sin recetas mágicas
Surgido en Asia hace casi cuatro meses, el coronavirus fue esparciéndose por el mundo con sus consecuencias de salubridad y económicas.
Para mediados de esta semana la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró a Europa como nuevo epicentro de la enfermedad, donde ya Italia superó a China en el número de fallecidos.
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Cada gobierno ha implementado políticas distintas que abarcan moratorias y exenciones, suspensión del cobro de servicios y otros incentivos que de acuerdo a Suchar no pueden calcarse pues cada país tendrá sus particularidades.
En su análisis, el experto planteó también que las curvas de impacto están extendiéndose por cerca de dos meses tras las cuales la normalidad comienza a vislumbrarse nuevamente.
“Son dos meses llanos, duros, pero se va saliendo”, concluyó.
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