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Ricardo Azarcoya, primer fotógrafo latino en formar parte de National Geographic, habla del poder de las imágenes

De la mano de National Geographic, Azarcoya se ha dedicado a recolectar memorias visuales de impacto social y ambiental.

Por Sergio Arce

Tiempo de Lectura: 3 minutos
Ricardo Azarcoya, primer fotógrafo latino en formar parte de National Geographic, habla del poder de las imágenes
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En el 2016, el mexicano Ricardo Azarcoya recibió una beca de la National Geographic Society para realizar la primera exploración visual al segundo sumidero más grande del mundo, El sótano del Barro, ubicado en Querétaro (el primero está en China).

Dos años después, National Geographic Society lo integró como su primer fotógrafo latino al lado de científicos que también se han dedicado a la fotografía.

De la mano de esta marca -que nació en 1888 en Estados Unidos-, Azarcoya se ha dedicado a recolectar memorias visuales de impacto social y ambiental.

También ha participado como fotógrafo experto con National Geographic Expeditions Latin America y como conferencista regular para National Geographic Learning Latin America.

De hecho, gracias a esta última iniciativa y de la mano del Centro Cultura Costarricense-Norteamericano (CCCN) el mexicano ha estado en Costa Rica en dos ocasiones hablando de su trabajo y la importancia del inglés.

La primera conferencia la ofreció este viernes y la segunda será este sábado, a las 11 a.m., en la sede del CCCN en barrio Dent. La entrada será gratuita.

El poder de la imagen

En entrevista con El Observador, Azarcoya compartió algunas de sus experiencias en las que las imágenes han contado una gran historia.

“Con las fotos capturamos y damos memoria al tiempo, a la evolución del mundo”, expresó el también embajador de la marca Canon para México.

El profesional no duda en que las fotos -no los videos, como lo enfatizó- tienen el poder de “celebrar, atestiguar, relacionarnos y proteger. La foto no se suplirá nunca, ni con las nuevas tecnologías, a las que debemos usar como aliadas”, manifestó.

Esta capacidad de atestiguar pero también de ayudar de la fotografía es la que está llevando a Rikky -como le llaman sus allegados- a publicar este año un proyecto en Chiapas.

Retratos que lo han marcado

Según contó él viaja por una semana o semana y media de manera regular, a este estado del sur de México para documentar lo que viven las poblaciones infantiles con labio leporino y paladar hundido.

Se trata de defectos de nacimiento que se producen cuando el labio o la boca del bebé no se forman adecuadamente durante el embarazo. Estos defectos de nacimiento a menudo se conocen de manera conjunta como “hendiduras orofaciales”.

Azarcoya detalló que una las cosas que más le ha impresionado hasta ahora de esta experiencia es palpar la autopercepción de quienes viven con esta deformación en su boca, en especial los más pequeños.

Muchos de ellos le han confesado que nunca se han visto al espejo porque en las comunidades les dicen “monstruos”.

Otros problemas que ha documentado visualmente son los derivados de esta condición: bebés, niños y adolescentes con mala nutrición.

Con este trabajo no solo espera mover corazones y conciencias sobre lo que se vive en esta zona fronteriza con México, que está a merced de la deforestación y el narcotráfico.

También es un apoyo para una fundación que trabaja en lograr operaciones para los niños con labio leporino y paladar hundido y, de esta manera, mejorarles su calidad de vida.

“La fotografía documental desempeña un papel destacado en la conservación y preservación de la historia, la cultura, el planeta y todo lo que vive en él.

“A través de imágenes capturadas de manera honesta y auténtica, Rikky ha documentado momentos cruciales como el encuentro con un jaguar en la Selva del Darién o el vuelo de las guacamayas del Sótano de Barro, especies en riesgo de extinción, únicas en el mundo”, manifestó por su parte Gabriel Valverde, director ejecutivo del CCCN.