Paula Ruiz
En su primer discurso como presidente del Congreso, Rodrigo Arias marcó la cancha para el Poder Ejecutivo y a la vez, informó sobre lo que él ofrecerá desde su cargo.
Desde el podio, Arias señaló la urgencia de realizar reformas estructurales, particularmente la de saneamiento de las finanzas públicas.
Sobre ese aspecto, consideró que hay una encrucijada complicada. “Por una parte, se necesita preservar la inversión social con escasez de recursos y por la otra, se requiere defender las finanzas sin disminuir las prestaciones sociales, en ambos extremos chocan muchas veces, las visiones políticas partidarias porque estamos en un equilibrio muy precario”, dijo.
Eso, podrá lograrse solo “si actuamos de buena fe y ponemos los intereses de Costa Rica primero”, destacó Arias.
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No obstante, sí fue claro que esas reformas estructurales implicarán cambios, sacrificios, fracturas y efectos no deseados, pero necesarios para Costa Rica.
“La gran pregunta que me hago es esta: ¿Hasta dónde seremos capaces de alcanzar esos acuerdos básicos, pero significativos en una verdadera reforma de Estado que ya no puede seguir esperando?”, cuestionó.
Facilitar la gobernanza
El presidente del Congreso tiene claro que la batuta sobre el rumbo del país debe de ser fijada por el Poder Ejecutivo que entrará en funciones el próximo domingo.
Ofreció diálogo, búsqueda de consensos y buena comunicación como ejes transversales de su labor.
“Mi brújula será siempre una pronta disposición a facilitar la gobernanza oportuna de la nación, para ese fin, la comunicación ágil y permanente con el Ejecutivo es una condición indispensable que necesitará un diálogo franco y transparente con el Ministerio de la Presidencia”, señaló.
“Procuraré que el ejercicio de control político no obstaculice el fluido del quehacer del Estado”, amplió.
Repitió que el inmovilismo no es una opción debido a que la paciencia de los pueblos tiene sus límites.
Arias abogó porque el periodo de sesiones extraordinarias controlado por el Ejecutivo tenga un rol activo para ir formando las bases a la salida de la crisis.
Arias es diputado por San José.
Empleo, la prioridad
Arias indicó además que tan pronto el Poder Ejecutivo inicie labores, presentarán un proyecto de ley que permitirá la generación de empleo.
Luego de resultar electo, Arias brindó una conferencia de prensa donde detalló su interés en aportar a solucionar los problemas que afronta Costa Rica.
El diputado no viene a aprender sobre esas problemáticas, más bien, afirmó que las conoce muy bien.
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“No podemos permitir que cientos de miles de costarricenses sigan sin trabajo, el proyecto que me parece importante es un fondo para construir vivienda, nada crea más empleo para la vivienda, el fondo se va a financiar con descuentos hipotecarios, permitiendo que los fondos de inversión y de pensiones hagan inversiones en ese fondo”, explicó.
Con esta iniciativa, la meta está fijada en construir 150.000 casas en los próximos años.
Propiciar consensos
Arias obtuvo 50 votos a su favor, lo que refleja un amplio respaldo para asumir el puesto más importante en el Primer Poder de la República.
Su experiencia como ministro de la Presidencia durante ocho años pesaron en la elección. En ese cargo tuvo entre sus labores, propiciar los puentes entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo.
Entre sus logros está la aprobación de la agenda paralela al Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos.
Arias, quien ya conoce el teje y maneje, espera lograr consensos con todas las fracciones con el fin de sacar adelante a Costa Rica.
“Servir de generador, de consensos, de acuerdos, que podamos construir lo que este país necesita esa va a ser mi función principal, me parece que la elección que se dio a mi favor, refleja que es posible construir consensos y acuerdos”, destacó.
La única fracción legislativa que no apoyó a Arias fue el Frente Amplio, integrada por seis legisladores.
Sobre esta situación, el presidente del Congreso indicó que buscará tomarse un café con quienes lideran esta bancada con el objetivo de construir consensos pese a reconocer las diferencias ideológicas.
