Rodrigo Díaz
La ruta 27, entre San José y Caldera, presenta deterioro funcional, aumento de sectores con grietas y deficiencias en la seguridad para los conductores.
Estos fueron los mayores problemas que encontró el Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales de la Universidad de Costa Rica (Lanamme UCR). El ente presentó los resultados de la evaluación anual del desempeño del proyecto, actualmente en concesión.
El estudio se realizó entre julio del 2020 y junio 2021.
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Principales hallazgos
Entre los aspectos positivos, Lanamme señaló que la carretera presenta una muy buena capacidad estructural en casi toda su longitud.
Sin embargo, detectó los siguientes problemas:
- Condición funcional (que está relacionada directamente con el confort y los costos de operación) muestra un 63% de la vía en condición “regular”. Esto representa un incremento de casi un 23% de la evaluación anterior (periodo 2019-2020).
- En relación con la resistencia al deslizamiento, entre el 8% y 16% de la longitud de la troncal principal en cada sentido de circulación se encuentra por fuera de los valores estipulados en el contrato.
- Las radiales Coyol, Atenas y Turrúcares muestran valores de deflectometría, perfil y agarre superficial principalmente en rangos que van de moderados a malos.
- Se registra un aumento de deterioros superficiales tipo área (piel de lagarto, baches y exudación), aunque disminuye la cantidad de kilómetros con grietas. El cartel de licitación para este proyecto prohíbe del todo la existencia de la exudación, deterioro que se relaciona con bajos niveles de agarre superficial.
- En el tema geológico-geotécnico, el mayor problema lo presenta la zona montañosa del tramo 2 (Ciudad Colón-Orotina). Lanamme advierte que, de no aplicarse las recomendaciones, se seguirían presentando problemas asociados con el clima de la zona y los eventos sísmicos que ocurren en nuestro país.
- A nivel de movilidad y seguridad vial se evidenciaron varias deficiencias. Entre ellas destacan el diseño geométrico, señalamiento vial, diseño de los márgenes de carretera, sistemas de contención vehicular, conectividad entre centros atractores. Además, existen problemas de infraestructura peatonal en general e infraestructura destinada al transporte público.
- La demarcación horizontal, señalamiento vertical y sistemas de contención vehicular presentan algún grado de deficiencia.
- Se identificaron y evaluaron los sitios con mayor ocurrencia de atropellos y ocurrencia de choques viales.
Entre las recomendaciones principales que realizó Lanamme, está realizar intervenciones tempranas en las zonas que presentan deterioro de tipo funcional y problemas de baja resistencia al deslizamiento.
También pidió una rehabilitación mayor en las radiales en condiciones críticas y un plan de mantenimiento rutinario; y hacer los estudios y el diseño para las soluciones que se requieren para garantizar la reducción del riesgo potencial por caída de rocas y suelo en diferentes sectores de la vía, entre otras recomendaciones.
Inversión de $20 millones anuales
Por su parte, la concesionaria de la vía, Ruta 27, señaló que se tomarán en cuenta las observaciones para los planes de mantenimiento de la vía.
Para ello, señaló que existe un programa de mantenimiento preventivo para el que se invierten aproximadamente $20 millones al año.
En cuanto al tema de los taludes, la concesionaria señaló que se completaron los estudios geológicos-geotécnicos y el diseño de las soluciones requeridas.
Actualmente, se está a la espera de la expropiación de los terrenos necesarios para poder acometer las obras de mejoramiento.
“Mientras esto sucede, dichos taludes están siendo sometidos a un continuo monitoreo y medidas de protección temporales con el fin de salvaguardar la condición adecuada de la carretera”, señaló la concesionaria.
Fotografía de Sergio Arce
Rodrigo Díaz
