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Popcorn506 para El Observador
Acabamos de terminar una de las épocas del año en las que más festejamos, celebramos y, por supuesto, comemos.
Entre las fechas finales de un año y las iniciales del siguiente, cualquier excusa es buena para sentarse a la mesa y compartir manjares con los seres queridos.
Claro que, hoy, ya bien avanzado el mes de enero, estamos en plena resaca gastronómica, y ¿qué es lo mejor para superar una resaca? Sí, están ustedes en lo cierto: una pequeña ración de eso que nos ha provocado la sobredosis.
Pero pueden estar tranquilos. No les vamos a proponer seguir comiendo, ni siquiera una ligera dieta a base de pescado hervido e infusiones detox.
Le va a sorprender
Lo que les vamos a sugerir es una película que se llama The Menu y que, al igual que sucede con las cartas de muchos de los restaurantes más prestigiosos del mundo, tiene un contenido que les va a sorprender.
The Menu nos cuenta la historia que sucede en un restaurante de lujo, de esos de incontables estrellas Michelin y otros galardones con los que se miden la calidad de los chefs y los menús.
Un lugar tan excepcional que requiere de una enorme lista de espera y una considerable inversión económica para poder acudir.
El reputado chef cuenta con un equipo extremadamente profesional que lo tiene todo medido al milímetro.
Desde los tiempos de elaboración de los platos y los consiguientes emplatados y servicios, hasta las trayectorias e impresiones de cada uno de los comensales que están presentes en el servicio.
Y aparece Margot…
Pero hay algo que no encaja. Hay algo que el chef no ha previsto y que desarbola todo su plan perfecto e infalible.
Es la presencia de Margot, la acompañante de Tyler, que es un enorme admirador del chef. Y es que Margot no era la comensal prevista, sino una sustituta de última hora.
El chef es Ralph Fiennes y su némesis en la película es Anya Taylor-Joy. Se podría decir que entre ellos dos se comen casi toda la película. Bueno, lo de se comen es en sentido figurado.
Pero es verdad que, aunque sea una película supuestamente coral, son ellos dos los que realmente la conducen y la hacen avanzar. En parte es por ese talento innato que ambos poseen y que les hace lucirse en estos roles.
Pero también es porque el conflicto que los enfrenta, más allá del resto de conflictos que nos van presentando, personales y grupales, es el que más nos intriga.
Del resto del elenco, que como decimos es amplio y variado, hay algún rostro conocido, como pueden ser el de Paul Adelstein, Nicholas Hoult o Janet McTeer.
Aunque, para nosotros, el más destacado es John Leguizamo, que, sin llegar a tener un papel destacado, sigue teniendo ese magnetismo potente que tanto mejora una película.
El superpoder de esta película
Lo mejor de toda la película es su originalidad, empezando por ese superpoder que tienen algunas películas, que es el de ser diferentes desde el minuto inicial.
Aquí, esto es tanto que ni siquiera somos conscientes de qué vamos a ver, si una película en tono dramático, algo de comedia, incluso de humor negro o, directamente, una película de terror.
Nosotros tampoco descartamos que sea una obra meramente filosófica, porque una de las capas de análisis que se puede hacer ataca directamente a ese materialismo superficial que ha permeado en determinadas capas de la sociedad y que parece que tantos anhelan, más aún en la era de las redes sociales del postureo y la influencia.
En definitiva, estamos ante una película perfecta para los amantes de las puestas en escena cuidadas y muy teatrales, en las que casi parece que estamos ante una creación de Agatha Christie. Y aunque, salvando las distancias naturales por época y tono, sin tanto misterio.
Y, con todo esto, muy recomendable para limpiarse la mente de tantas historias y películas que parecen siempre la misma. Pero no es porque queramos decir que tengamos resaca de determinado cine… ¡Buen provecho!
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