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Popcorn506 para El Observador
The Pale Blue Eye, traducida en muchos lugares como Los crímenes de la Academia, es lo último de Scott Cooper y lo último de lo que más ha pegado en Netflix desde las fiestas.
Nosotros comprendemos los motivos, los compartimos y los desgranamos a continuación, porque merece la pena.
La película nos traslada a hace casi doscientos años, en la mítica academia de West Point.
Allí se han producido unos asesinatos ante los que nadie tiene respuesta. El detective Augustus Landor recibe el encargo de investigarlos, para lo cual cuenta con la ayuda de un joven Edgar Allan Poe.
Pero la situación se va complicando poco a poco y el misterio se enreda haciendo que resulte un poco más difícil llegar a la solución.
Esto se pone bueno
Lo primero que hay que destacar sobre The Pale Blue Eye es su gran ambientación. La puesta en escena nos traslada desde el comienzo a un escenario sombrío y tenebroso, que no solo es útil para unas historias de crímenes sin resolver, sino que resulta perfecta para cualquier relato que tenga que ver con Edgar Allan Poe.
Un Poe, por cierto, que no parte como protagonista de la película, pero que desprende tal carisma que todos los ojos se dirigen a él.
Es normal, ya que cualquier interpretación o representación de su figura es interesante y enriquecedora, no solo para los más fieles, sino incluso para los que hayan pasado por sus escritos levemente.
Lo bueno es que el Poe de The Pale Blue Eye está interpretado por un joven titán de la actuación, que es Harry Melling.
Sí, aquel odioso primo malvado de Harry Potter que, con el paso de los años, se ha transformado en un actor de altísima categoría, llegando aquí a pugnar con el propio Christian Bale por las fotos de portada.
Lo mejor es que esa lucha interpretativa también se traduce en el equilibrio que ambos personajes tienen, uno contra otro a la vez que uno con el otro. Y, en el fondo, aquí está la clave de la historia.
El reparto
Ya que estamos hablando del reparto, es justo nombrar a las demás figuras, que las tiene.
Gillian Anderson, Toby Jones, Lucy Boynton, Charlotte Gaingsbourg o Robert Duvall aparecen en distintas fases y cantidades. Pero el hecho de contar con tantos rostros conocidos no va a descentrar la atención de los espectadores.
La base de la película es una novela escrita a principios de siglo por Louis Bayard, que expone una trama muy interesante y atractiva para la gran pantalla.
De esto es de lo que se sirve Scott Cooper, que ya tuvo otras ocasiones para representar historias de época y que lo hizo con bastante éxito.
De hecho, una de las más recientes, Hostiles, también estaba protagonizada por Bale y es una película muy recomendable para los amantes de las películas sobre la guerra civil americana.
La mano de Cooper
Además, con esta se demuestra esa versatilidad que tiene Cooper para manejar y dirigir a la perfección en distintos registros.
No hay que olvidarse de que su primera película fue una maravilla sobre música country protagonizada por Jeff Bridges y titulada Crazy Heart. Algo muy alejado de lo que tenemos aquí, que es una contundente historia de misterio, investigación e incluso magia negra, ambientada en época y con un guión sorprendente.
En definitiva, una película muy interesante para los amantes de las películas de misterio y, por supuesto, para todos aquellos interesados en la figura de Poe que, aunque desde un punto de vista ficticio, aquí resulta tan interesante como en muchas otras obras
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