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The Terminal List

@Popcorn506 para El Observador Amazon Prime Video sigue trabajando desde hace tiempo en consolidar su catálogo con producciones propias. Y,…

Por Blog

Tiempo de Lectura: 3 minutos
The Terminal List
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@Popcorn506 para El Observador

Amazon Prime Video sigue trabajando desde hace tiempo en consolidar su catálogo con producciones propias.

Y, aunque no sabemos si esta es una estrategia que pueda funcionar a medio y largo plazo, lo hace apostando por un estilo de series muy concreto y con un público muy fiel.

Hablamos de unas historias adaptadas a partir de novelas exitosas en las que se combina el thriller y la acción con personajes casi heroicos que, incluso si se acabaran las historias personales, darían el juego suficiente como para extenderse en sagas de mayor duración.

En el caso de The Terminal List, que también se ha conocido como La lista final en otros lares, nos encontramos ante un militar (NAVY SEAL) de alto nivel, James Reece.

Él descubre unos asuntos bastante oscuros vinculados a la que fue su última operación de alto riesgo.

A partir de aquí, la trama nos enseña cómo nuestro protagonista avanza en la resolución de los problemas que ocasionaron su fracaso y, por supuesto, en culminar su venganza.

¿Qué tenemos por delante?

Dicho esto, es fácil suponer que estamos ante un producto que traslada al formato de varios capítulos una historia de esas típicamente encarnadas por Liam Neeson.

Pero hay que hacer varias acotaciones para entender qué tenemos delante y no llevarnos a una decepción.

La primera de todas las puntualizaciones es sobre la facilidad de su consumo. Aquí estamos ante un producto que no tiene grandes exigencias para poder seguirla, pero tampoco se caracteriza por un ritmo tremendamente adictivo y vibrante, al menos en los primeros capítulos.

Esto, aunque pueda parecer algo negativo, tiene sus motivos y son muy interesantes. Y es que esta no es una historia de venganza en la que las revanchas se vayan ejecutando una a una de modo despiadado y sangriento, sin dejar hueco para nada más.

Aquí hay una historia coherente en la que los personajes no son simples esbozos pasajeros, sino que tienen su profundidad, la cual no solo se agradece según van avanzando las horas, sino que se muestra necesaria para que el conjunto tenga sentido.

En esta facilidad de seguimiento que tanto caracteriza a las grandes producciones contemporáneas también es omnipresente el humor continuo y, en muchas ocasiones, demasiado facilón. Aquí eso no existe. Aquí las situaciones serias son series y las muertes son muertes.

Historia de venganzas

A colación de esto, aunque estemos ante una historia de venganzas, la acción no está tan presente. De hecho, hay gente a la que le puede parecer escasa.

Pero, seamos honestos, cuando llegan estos momentos, es como si el reloj se detuviera. Son escenas de acción realmente potentes y, podríamos decir, poco habituales en televisión, por su dureza o por su crudeza. Pero que nadie se lleve a engaño.

Es, simplemente, realismo, y por eso puede resultar todavía más fuerte la impresión, porque no está adornada y resuena como si nos pudiera afectar.

Debemos hablar del reparto, en el que el actor principal es Chris Pratt que cumple con creces el papel asignado y esperado, a pesar de que el cuerpo nos pida, inconscientemente, alguna nota de humor. Pero no. El bueno de Pratt sabe sostener la mirada firme y mantener el tono estricto que redondea un producto que podría ocasionar muchas dudas a priori.

Además de su presencia, que siempre puede atraer a algunos incrédulos, también destacan otros rostros, como los de Taylor Kitsch, Constance Wu, Riley Keough y Jeanne Tripplehorn, que sirven como reclamo en el cartel y como robusto apoyo en la escena.

En definitiva, no queremos levantar tanto las expectativas como para dejarla en una serie top, pero sí como para tenerla en una lista de buenos propósitos a los que acercarse, sobre todo para esos amantes de las novelas norteamericanas que aparecen en las listas de Bestsellers del New York Times y que tienen un traje firme y a medida con el que no hay demasiado lugar para los errores.

popc