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Thirteen Lives: una señora producción, una obra poderosa

@Popcorn506 para El Observador Hay épocas en las que nadie espera grandes estrenos y menos aún cuando estos suceden en…

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Thirteen Lives: una señora producción, una obra poderosa
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@Popcorn506 para El Observador

Hay épocas en las que nadie espera grandes estrenos y menos aún cuando estos suceden en plataformas en vez de las salas de cine.

El caso de Thirteen Lives nos da la muestra perfecta de cómo funciona el mercado de los largometrajes, incluso los de gran presupuesto.

Porque, no lo vamos a negar, hace tan solo unos años esta película habría significado un enorme taquillazo. Y posiblemente precedido seguramente de una poco modesta campaña de marketing y, posteriormente, de buenas reseñas y entrevistas en medios de comunicación.

Thirteen Lives cuenta la historia real sucedida en 2018 en Tailandia, cuando unos niños se quedaron atrapados en una cueva a causa de unas inundaciones y, en un estupendo trabajo contrarreloj, unos buzos especializados consiguieron sacarlos con vida de allí.

Esta noticia estremeció a prácticamente todo el mundo, que esperaba en vilo novedades desde el sur de Asia y que, sinceramente, albergaba pocas esperanzas de que todo saliera tan bien como salió.

Una señora producción

Pero a lo que íbamos de la película. Esto es una señora producción, una obra poderosa, contundente, muy seria.

Aquí no ha habido concesiones, se ha ido al grano y se ha hecho un trabajo formal y respetuoso, tanto con los protagonistas originales como con el público.

Estas son las primeras impresiones que podemos decir cuando hablamos de Thirteen Lives, y es una maravilla ver que, a pesar de que las majors clásicas ya no apuestan por este tipo de productos, no tenemos que renunciar a ellos, aunque no sean los más rentables en la ventana de las plataformas.

Ha sido Prime Video la que ha apostado por esta, y podía haber sido otra. Pero, en realidad, ver en los créditos los nombres de Viggo Mortensen, Colin Farrell y Joel Edgerton, dirigidos por Ron Howard, es como volver a una época que muchos teníamos olvidada, con las excepciones consabidas.

Y eso que Ron Howard había pinchado en hueso en unas cuantas de las últimas películas que había dirigido.

Ni el Solo de Star Wars ni el Inferno de Dan Brown habían dado buena imagen, y solo en alguno de sus trabajos documentales había conseguido estar a la altura de lo que se esperaba de él.

Había que remontarse a 2013 y la frenética Rush para encontrar un largometraje notable y hasta principios de siglo para entender por qué este director tiene el prestigio que tiene.

Un director solvente

En Thirteen Lives se nota la mano de un director solvente y experimentado. Como decíamos, aquí no se han andado con tonterías y, tal vez por el respeto a la historia original o por el miedo a un batacazo económico considerable, se ha ido a asegurar el disparo.

Pero, en realidad, no solo se ha asegurado, sino que ha quedado muy bien parado. Uno de los puntos más logrados, tal vez por ese clasicismo de Howard tras la cámara, han sido las secuencias de buceo, sobrias y llenas de suspense.

Y crean una atmósfera perfecta para esa sensación de claustrofobia y aire caliente que tantos suponíamos, pero no queríamos sentir.

A pesar de que todos conocíamos de antemano el desenlace y de que la duración de la película no ha escatimado en minutos, el ritmo y la tensión se mantienen del modo necesario.

Todo esto como para permitir un disfrute ajustado a la experiencia, con la emoción propia de una historia de este calibre y un final que, eso sí, recuerda un poco más a los telefilmes de los ochenta, cuando repasaban en unas pocas palabras e imágenes reales lo que deparó el futuro a los personajes de la película.

Thirteen Lives no va a marcar una nota definitiva en los anales del cine y, aunque sea un producto más consistente que muchas otras, tampoco va a quedar en el imaginario colectivo del año en curso.

Eso sí, supondrá un buen recuerdo para todos los que la vean y un estupendo fondo de armario para cualquier catálogo que cuente con ella de ahora en adelante.

Lo más probable es que termine por convertirse en uno de esos clásicos durmientes que van sumando visionados lentamente hasta convertirse en una de las películas más vistas de la plataforma.