Paulo Villalobos
En un hostel de Cuzco, la “capital histórica” de Perú, Joselyn Quesada aguarda por una oportunidad para regresar a Costa Rica.
Se debate entre opciones poco accesibles que han podido cotizar para ella y otros 90 nacionales atrapados en ese país, producto de un confinamiento decretado el domingo por el presidente Martín Vizcarra, en respuesta a la pandemia del coronavirus.
Lo único de lo que esta relacionista pública parece tener certeza, es de que las chances de dejar la nación andina son cada vez menores.
“Como que aquí se nos van cerrando las posibilidades. Realmente no hay mucho que podamos hacer”, indicó vía telefónica a El Observador.
Joselyn Quesada viajó a Perú el 21 de febrero y esperaba regresar el 19 de marzo. (Cortesía | El Observador)
Quesada, de 21 años y vecina de San José, es una de las costarricenses agrupadas por el cónsul general Charles Hernández en un chat de WhatsApp, que completan otros viajantes solitarios, parejas y familias.
Las buenas intensiones del funcionario -quien les comparte noticias y formas de entretenimiento- así como su atenta disposición a las consultas no han logrado revertir la incertidumbre que agobia a los ciudadanos nacionales.
“Estamos en caos, bastante preocupados. Tratando de juntarnos todos y mover fuerzas, pero necesitamos que el país y el Gobierno nos escuchen, a ver si nos pueden ayudar de alguna forma”, manifestó.
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Desde el lunes solo pueden salir de sus lugares de hospedaje -bajo estricta vigilancia policial- para ir al supermercado o a la farmacia. Peor es la situación entre las 8:00 p.m. y las 5:00 a.m, ya que deben permanecer encerrados, en acatamiento a un toque de queda.
La medida -que en principio tiene una vigencia de 15 días- obligó a suspender los últimos tres paseos que la comunicadora tenía programados para antes del jueves, cuando tenía previsto su regreso al territorio nacional (también cancelado).
“Me da hasta gracia ahora, porque recuerdo que el domingo yo pensaba en ir gastando mi efectivo porque ya igual me quedaban pocos días acá, para no quedar con esa plata. Pues ya ahora igual, no sé ni cuánto me voy a quedar aquí en Perú, si 15 días o un mes”, relató.
Calles vacías prevalecen en Cusco, al sureste de Perú, por un toque de queda. (Cortesía | El Observador)
Por el momento, la josefina se mantiene en su habitación viendo como otros turistas extranjeros, como los israelíes, sí tuvieron la posibilidad de volver a sus países; al tiempo que el Consulado General de Costa Rica se mantiene a la búsqueda de un charter con el que se pueda “repatriar” a los nacionales varados.
“Es muy diferente pasar toda esta pandemia, esta cuarentena y toda esta situación en nuestras casas y en nuestro país, que pasarlo afuera en Perú, en donde no sabemos ni siquiera por cuánto tiempo se puede ampliar esta cuarentena ni cómo va a seguir el asunto del coronavirus”, explicó. “Lo que nosotros queremos es regresar al país y que nos den una ayuda en esa dirección, en ayudarnos a volver a Costa Rica, como lo hicieron con los ticos en Guatemala”, añadió.
Quesada se mostró dispuesta a cumplir con el aislamiento de 14 días (periodo de incubación del virus respiratorio) en Costa Rica, en acatamiento al cierre de fronteras que entró en vigor el miércoles, y que solo permite el ingreso de nacionales y residentes.
La tarde de este viernes, este medio giró una serie de preguntas al Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto (MREC) sobre la situación de los costarricenses en Perú, pero al cierre de esta publicación no fue posible obtener una respuesta.
Paulo Villalobos
