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Top Gun: Maverick

@Popcorn506 para El Observador No es la primera vez que abordamos aquí un producto que nace por la nostalgia. Tampoco…

Por Blog

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Top Gun: Maverick
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@Popcorn506 para El Observador

No es la primera vez que abordamos aquí un producto que nace por la nostalgia. Tampoco será la última vez que alabemos estos productos, siempre y cuando estén bien conseguidos y no solo por el mero hecho de partir de donde parten.

Sí, ya lo hemos dicho, se nos ha escapado, pero es así. Es culpa de la emoción porque, no lo vamos a negar, no tantas veces se recupera una película tan mítica de los años 80 como Top Gun y se obtiene una genialidad como Top Gun: Maverick.

Por poner en situación lo que tenemos delante. Top Gun fue uno de los grandes éxitos de los años 80 y, concretamente, una de las películas que consolidó la figura de Tom Cruise como absoluta estrella de Hollywood.

Un Tom Cruise que, aunque no se supiera entonces, iba a ser capaz de mantenerse en lo más alto durante muchos años. Y que hoy, 36 años después de aquello, sigue siendo uno de los actores más cotizados y con más probabilidades de conseguir un éxito en taquilla.

Su profesionalidad le caracteriza junto a su olfato y su determinación. Seguramente mucho más que el talento interpretativo que, aunque sea a cuentagotas, no ha sido su cualidad más reconocida.

El éxito de esta entrega

Profesionalidad y olfato. Probablemente, estas dos palabras puedan definir mucha de la culpa que tiene el éxito que está disfrutando Maverick en estos días desde su estreno.

Porque lo que debe tener claro todo aquel que no se haya puesto aún delante de esta película es que va a experimentar una gran producción hecha para disfrute pleno del espectador al más puro estilo del Hollywood comercial.

Y esto incluye enormes dosis de dedicación, trabajo, inspiración y talento, además de dinero.

La película nos sitúa tres décadas después de la historia original, con un Maverick que tiene todo controlado.

Es el ídolo terrenal de propios y extraños y que, en el fondo, no deja de ser su propio ídolo, tratando de mantenerse con los pies en el aire más que en la tierra.

Delante de él tiene a un grupo de pilotos a los que tiene que entrenar y entre los que destaca el hijo de su viejo amigo Goose, interpretado por Miles Teller.

Este actor, que es uno de los más talentosos de su generación, tiene además la facultad de proyectar una imagen súper antipática en pocos planos.

Por eso resulta perfecto para este tipo de películas en las que las pinceladas rápidas son esenciales para captar las esencias necesarias.

A las mil maravillas

La película funciona a las mil maravillas. Y es que, probablemente, el concepto que querían hacer y transmitir lo tenían bien claro desde el principio de los principios.

Es decir, sabían que había que replicar la emoción y la acción de aquellos años, pero con la sutil adaptación a los tiempos y estilos de ahora.

Seguramente haya sido de ayuda que el director en esta ocasión, Joseph Kosinski, fuera un gran fan de la película original, y la viera, además, con una edad tan juvenil como para sentirla y entenderla del modo que, ahora, busca proyectar.

No sabemos hasta qué punto ha metido Cruise mano en el guion o en detalles de los personajes y tramas.

Pero sí podemos decir que la proporción de nostalgia está muy bien ajustada como para que no resulte demasiado empalagosa. Y que los guiños se queden en eso, guiños, y no en excluyentes abusivos que expulsan a los novatos de la experiencia de Top Gun.

En definitiva, nos sentimos capacitados y justificados para decir que estamos ante uno de los mejores estrenos de este año y, consecuentemente, ante una de las películas imprescindibles de los últimos meses.

Es más, podríamos hasta decir que es una de las mejores películas de Tom Cruise en toda su carrera, y esto es algo que hará a esta película competir con títulos más míticos que brillantes. Solo el tiempo le pondrá esa etiqueta a esta. ¿O no?