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Análisis | Tricolor hizo un juego desastroso y España nos humilló

¡Vergonzoso! Solo se puede emplear esta palabra para describir con precisión la goleada 7-0 que España le propinó a la…

Por Harold Leandro

Tiempo de Lectura: 5 minutos
Análisis | Tricolor hizo un juego desastroso y España nos humilló
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¡Vergonzoso! Solo se puede emplear esta palabra para describir con precisión la goleada 7-0 que España le propinó a la Selección Nacional en el Mundial, un infierno que la propia Sele propició antes del debut en Catar 2022.

La bochornosa actuación comenzó los días previos, cuando jugadores y cuerpo técnico le faltaron el respeto a las demás selecciones cuando afirmaron que serían campeones del mundo. Como si fuera tan fácil, como si tuviéramos un gran historial, como si dispusiéramos de jugadores en grandes ligas.

Una fan costarricense reacciona al resultado del partido de La Sele frente a España. (AFP)

Claro que la frase era solo para motivarse, pero parece que los jugadores la creyeron posible y salieron al terreno de juego como si ya el partido estuviera resuelto solo con esa falsa confianza.

También se deben buscar respuestas en el planteamiento del técnico Luis Fernando Suárez. Una línea de cuatro en defensa que pretendía dar seguridad atrás, pero que se convirtió en un coladero con jugadores lentos y que ya pasaron sus mejores momentos: Oviedo, Duarte y Calvo.

Y qué decir de un Navas que llegó con cinco meses de no jugar (es banca en el París Saint German francés) y hoy se mostró dubitativo, un aspecto que minó la confianza de todo el plantel.

Adelante, se confió en dos jugadores jóvenes que evidenciaron que todavía no están para estas lides: Bennette y Contreras, quienes no aprovecharon la gran vitrina que ofrecía la Copa para “volverse locos”, como dijo Campbell en sus buenos tiempos, eso de los que hoy estuvo muy lejos.

(AFP)

Cambios sin resultados

Veteranos y novatos jugaron sin coordinación ni profundidad. Y lo peor: llegaban a destiempo en los balones divididos, los cuales siempre fueron ganados por los españoles que sí dispusieron voluntad y fuerza.

Pero no solo fue un error del dibujo táctico inicial, sino que Suárez nunca tuvo respuesta para el desastre que ocurría en el campo. Por eso, los cambios no consiguieron mejorar la situación, incluso cuando en el segundo tiempo ingresó a Waston y pasó a línea de cinco.

Las demás variantes llegaron muy tarde. Bennette y Contreras fueron sustituidos al minuto 61, cuando la pizarra marcaba 4-0. Aguilera y Ruiz solo ingresaron para evitar una goleada mayor o para formar parte de las estadísticas.

Kendall Waston tras enfrentarse al joven jugador español Gavi durante el partido. (AFP)

Sin ataque no se puede ganar

Otro gran pecado que cometió Suárez fue creer que con una defensa reforzada iba a contener a “La Furia”. Pero no se puede mantener el marco en cero durante 90 minutos si no se tiene la pelota, máxime si renuncias al ataque, pues tarde o temprano el gol caerá.

Y el primero llegó muy rápido, apenas a los 11 minutos. Luego fue un rosario de dianas, que la Tricolor no atinó a evitar porque el planteamiento no era el adecuado y porque la disposición de los jugadores tampoco ayudó.

Se mostraron apáticos, lentos, mal colectiva e individualmente. Fue de esos partidos en el que no sobresale ni un solo integrante. Parecía que deambulaban en la cancha sin brújula, sin ganas, sin deseos, sin un objetivo claro.

Esto se evidencia en que cuando les llegaba el balón, trataban de deshacerse de él lo más rápido posible, lo que impedía crear fútbol.

Por eso no se construyó juego en el medio campo, que era territorio dominado a placer por el rival. La respuesta tica fue el pelotazo y que los de adelante trataran de ganar la pelota. Una misión imposible ante la defensa española.

Los de Luis Enrique, por el contrario, encontraron en las libertades que ofrecía Costa Rica un sitio promisorio para revivir su famoso “tiqui-taca”, aquella propuesta de pases cortos, rápidas transiciones y posesión del balón.

Eso fue lo que permitió el recital de fútbol que brindó ayer España, mientras los nuestros (jugadores y técnico) no encontraron un antídoto y nos puso en evidencia como una selección débil, de escasa formación y poco trabajo táctico.

El defensa costarricense Bryan Oviedo orando. (Foto por Kirill KUDRYAVTSEV / AFP)

Los números son contundentes

Costa Rica, entonces, no tenía medio campo ni ataque. O sea, tuvimos una nula ofensiva y ni un solo remate al marco de un Unai Simón, que bien pudo irse de vacaciones.

Por eso, los números de este amargo juego son contundentes: España tuvo un 72% de posesión de la pelota y cobró 5 saques de esquina, Costa Rica no tuvo ni solo corner. No tuvimos la pelota, era como si nos quemara.

Por eso, parecía que los europeos realizaban un entrenamiento y no un partido oficial. Ni siquiera tuvieron que emplearse a fondo (“pisar el acelerador”, dicen los entendidos), pues no lo necesitaron. España jugó a media máquina y eso les bastó para desnudar nuestras múltiples falencias.

El jugador Dani Olmo cuando anotó su primer gol a Keylor Navas. (AFP)

Se debe mejorar mucho

La peor goleada en lo que va de Catar 2022 es preocupante, pues aún faltan dos rivales que son igual o más peligrosos que los hispanos. Japón, al que enfrentamos el próximo domingo a las 4 a. m., es más rápido, un arma letal ante una defensa tan lenta e insegura como la que se mostró ante España.

Los nipones hicieron valer hoy su velocidad y remontaron ante Alemania para vencer 2-1, una de las sorpresas que depara la Copa catarí. Esto les hace entrar en confianza, pues indica que el camino que llevan es el correcto.

El cierre de la fase de grupos será ante Alemania, el jueves 1°. de diciembre (1 p. m.). Cuatro veces campeones del Mundial (1954, 1974, 1990 y 2014), los “Panzers” están heridos luego de caer ante Japón y están obligados a tener buenos resultados en sus dos restantes juegos para clasificarse a la segunda ronda.

Así las cosas, Costa Rica deberá mejorar mucho para sus próximos compromisos. Lo primero sería hacer un examen de lo hecho ante España, luego encontrar fuerza de flaqueza para recomponer el equipo, roto tras la goleada.

En el banquillo es urgente mover fichas y realizar los cambios que le permitan tener posesión del balón y llegar con balón dominado al marco rival. Y claro, hay que acordarse de que en el fútbol, para ganar, hay que rematar.