AFP
(Barcelona). El título liguero del Barcelona tras vencer 4-2 al Espanyol este domingo, demuestra que va en la dirección correcta, pero el camino de regreso a la élite del fútbol europeo se perfila largo y complicado.
El presidente Joan Laporta hipotecó parte del futuro del club el verano pasado para fichar a Robert Lewandowski y Jules Koundé, entre otros, a pesar de una deuda de 1.000 millones de euros (1.100 millones de dólares).
La apuesta dio resultado con el primer título liguero del Barcelona en cuatro años, aunque fue eliminado en la fase de grupos de la Champions, por segunda temporada consecutiva, y cayó en la Europa League.
Su recorrido en la segunda competición continental no duró mucho, al ser eliminado por el Manchester United en el play-off de acceso a octavos, mientras veía al Real Madrid llegar al menos a semifinales de la Champions (el miércoles jugará la vuelta contra el City en Mánchester, 1-1 en la ida).
El resultado completo de la apuesta, en la que Barcelona vendió el 25% de sus derechos de televisión para los próximos 25 años, puede ser todavía incierto, pero a corto plazo, el éxito era imperativo.
Barcelona celebra el gane de la Liga Española por adelantando. (AFP)
Dos títulos
La Liga y la Supercopa de España suponen una pequeña mejoría respecto a de dónde venía el club azulgrana, pero todavía necesita dar su paso definitivo en Europa la próxima temporada.
Su salida de la Liga de Campeones demostró que el equipo necesita contar con recambios de garantías a su once de gala, ya que una serie de lesiones inoportunas influyeron en su fracaso europeo.
Las palancas económicas que utilizó el club el pasado verano ayudaron a su mejoría, pero ahora necesita ahorrar o generar ingresos por más de 200 millones de euros (218 millones de dólares) para poder ir al mercado sin tener las manos atadas.
Algo complicado teniendo en cuenta que la próxima temporada el Barcelona jugará en Montjuïc por las obras de reforma del Camp Nou, lo que supondrá un recorte en los ingresos por taquillaje, ya que el aforo del Estadio Olímpico apenas supone algo más de la mitad de la capacidad del templo azulgrana (55.000 espectadores por 99.000).
Hasta entonces, el Barça sólo puede gastar hasta un 40 por ciento de sus ingresos o ahorros en nuevos jugadores o renovaciones, y algunas áreas se perfilan como prioritarias.
El Barcelona necesita un delantero que reemplace a Lewandowski, también podría ser necesario un extremo izquierdo y un lateral derecho: Koundé ha estado jugando como tal fuera de su posición.
En el mediocampo, Sergio Busquets, confirmó que se marchará en junio, lo que, por un lado supone un alivio económico, pero también encontrar un sustituto.
“Encontraremos una pieza que se le asemeje porque variaremos sin Busi. Es un perfil que cuesta encontrar, pero haremos un gran trabajo para que el sustituto sea importante”, dijo el sábado Xavi Hernández.
A diferencia del Real Madrid, vinculado con la estrella del Borussia Dortmund Jude Bellingham, el Barcelona no puede aspirar a grandes dispendios.
La incógnita Messi
Tal vez una excepción pueda ser Messi, cuya vuelta desea el club aprovechando su fin de contrato con el PSG, pero el argentino podría optar por mudarse a la más lucrativa Arabia Saudita.
Si se materializara el regreso de Messi, Xavi probablemente necesite una nueva formación para acomodarlo.
El argentino aportaría su calidad en el último tercio de campo, pero podría debilitar al equipo defensivamente y en la presión.
En el banquillo, el techo del propio Xavi como entrenador es una incógnita, y es que, aunque ha mejorado claramente al Barça, en las fases eliminatorias, el equipo ha tenido problemas.
Para agregar más incertidumbre, el ‘caso Negreira’ con pagos a un exresponsable arbitral sigue planeando sobre el club, con la UEFA investigando el asunto y amenazando con sancionar al club dejándole fuera de las competiciones europeas.
La dirección del Barça también ha recibido un duro golpe con la salida de su director deportivo Mateu Alemany, que se marcha en junio, un año antes de que finalice su contrato.
El todavía director de fútbol del club se ha comprometido a ayudar al Barcelona con los fichajes de verano, pero su salida supone una dificultad más para un club que necesita de las mejores herramientas para fichar.
